EL 60 POR CIENTO DE LAS EXTRACCIONES DE AGUAS SUBTERRANEAS GENERAN PROLEMAS DE SOBREEXPLOTACION
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El 60 por ciento de las extracciones de aguas subterráneas que se realizan en España generan problemas de sobreexplotación, a los que hay que añadir la salinización y la contaminación que sufren numerosos acuíferos, según el director general de Obras Hidráulicas, Adrián Baltanás.
El director general aseguró que nuestro país presenta "problemas de protección de la calidad de las aguas subterráneas, y tenemos también problemas de protección de u cantidad".
Adrián Baltanás hizo estas declaraciones en la inaguración del XXVI Curso de Hidrogeología "Noel Llopis", celebrado anoche en Madrid.
Una tercera parte del medio millón de kilómetros cuadrados que componen el territorio español está ocupada por formaciones geológicas permeables.
Según la Dirección General de Obras Hidráulicas, las zonas acuíferas carbonatadas ocupan una superficie de unos 100.000 kilómetros cuadrados, distribuidos por las cordilleras de Cantabria, Pirineos, Isla Baleares y la franja perimetral mediterránea.
Los acuíferos detríticos más extensos están en las fosas del Duero, del Tajo medio y el bajo Guadalquivir y son considerados como aluviales importantes los del Ebro, Vegas del Guadiana, Guadalquivir y Segura.
Los recursos medios renovables de estos acuíferos o la infiltración media anual de la lluvia sobre los mismos está cifrada en unos 20.000 hectómetros cúbicos por año.
CONSUMO HUMANO
El aprovechamiento total de las aguas subterráneas mediate bombeo es de unos 5.500 hectómetros cúbicos por año, de los cuales alrededor de 1.000 abastecen a miles de pequeños y medianos núcleos urbanos que, junto a varias capitales de provincia, representan un tercio de la población total.
A juicio de Adrián Baltanás, este porcentaje es "relativamente bajo", aunque es similar a los que presentan países como Irlanda, Reino Unido y Grecia, pero muy inferior a los de Italia y Dinamarca, donde el 93 y el 98 por ciento de la demanda urbana es satisfecha con agus subterráneas.
Los 4.500 hectómetros cúbicos restantes los absorbe la agricultura, ya que sirven para regar entre 800.000 y 900.000 hectáreas, de las más de 3 millones de hectáreas regadas que existen en nuestro país.
El director general de Obras Hidráulicas señaló que han sido identificados procesos de intrusión marina en 24 acuíferos, en 15 de ellos de "cierta gravedad".
Además, existen muchas actividades humanas que degradan estas áreas, como la contaminación por nitratos, ya que la prodcción de abonos nitrogenados se ha cuadruplicado en los últimos 30 años.
La franja costera mediterránea, la llanura manchega, los aluviales del Ebro y la comarca próxima a la desembocadura del Guadalquivir son los lugares más afectados.
"Aun disminuyendo drásticamente la aplicación de fertilizantes en los próximos años, el lavado de la zona no saturada provocará nuevos aportes de los nitratos retenidos en la misma, procedentes de los fertilizantes utilizados en el pasado", explicó Baltanás.
CONAMINACION
Otra fuente de contaminación difusa radica en el uso de pesticidas con fines agrícolas, que presentan una utilización media de 6 kilos por hectárea de superficie labrada.
Por otra parte, han aparecido metales pesados en pozos de las comunidades autónomas catalana (en especial en las comarcas del Besós y el Llobregat), valenciana y murciana.
A estos factores hay que añadir el impacto negativo que provocan los residuos líquidos y sólidos que son vertidos en estos espacios.
Finalente, Adrián Baltanás advirtió sobre los efectos que la explotación de acuíferos puede tener sobre ecosistemas valiosos, como las Tablas de Daimiel, las lagunas de Ruidera y el coto de Doñana.
"Los planes de ordenación de las extracciones", agregó, "serán difíciles de ejecutar y costosos de controlar si no van acompañados por medidas que estimulen la cooperación de los usuarios, modificación de técnicas de riego o la posible utilización de aguas residuales depuradas, entre otras".
El responsable e Obras Hidráulicas concluyó diciendo que dentro de unos años tendremos planes de protección de las aguas subterráneas, "como los que tienen en Alemania y en los Países Bajos, donde los perjuicios causados a los agricultores son compensados económicamente".
(SERVIMEDIA)
05 Feb 1992
GJA