T.E.G., de 42 años y natural de Argentina, fue condenado en 2007 a cinco años por un delito contra la salud pública motivado por “una situación difícil económicamente”, señaló.

El recluso reconoció una sensación de “alegría” y “emoción”, así como “una ilusión tremenda” por reencontrarse con su familia que es “lo más importante que tengo”. Lo primero que hará tras su regreso a Argentina, aseguró, será abrazar a sus hijos y “disfrutar de ellos lo que no pude hacer en los años que estuve aquí”, añadió.

También explicó que en la prisión se encuentra mucha gente joven y gente que, por culpa de la situación económica, se está viendo obligada a delinquir y pasa por una situación “muy dura” ya que eso provoca que se pierda “lo poco que se tiene para no conseguir nada”, aseguró.

Por último señalo que su familia ya conoce la noticia, que recibió “con gritos, alegría y festejos” al tratarse de algo que no esperaban. “No saben la fecha que voy a ir, les dije que el día 5 ó 6 de abril. Pero viajo esta noche, así que el día 31 estaré allá”, concluyó.

El abad de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón reconoció que conseguir la liberación de un reo es “lo más importante” porque es la única misión que se tiene, la de procurar el indulto para un penado. “Eso ya lo hemos conseguido”, se felicitó.

Por su parte, el obispo de León, Julián López, resaltó que el acto del ‘Locus Apellationis’ recuperará con la procesión del Perdón “su sentido” y supondrá al mismo tiempo el encuentro con las raíces culturales y religiosas de la ciudad. Además, señaló que se trata de un acto que supone “un motivo de satisfacción” al referirse a una tradición de la Semana Santa de León que se recuperó recientemente y que tiene “un gran impacto ocular”, dijo.