El personal y los voluntarios locales de Cáritas han sido los responsables del reparto de esta ayuda en este primer mes tras el seísmo, a través de las parroquias e instituciones diocesanas.

A pesar de las precarias condiciones en las que han quedado muchas de las parroquias e instituciones diocesanas debido al temblor de tierra, Cáritas ha suministrado a las personas afectadas alimentos y artículos no precederos de emergencia, como camas, ropa, medicamentos y material para construir refugios temporales.

Además de estas actividades de emergencia, incluidas en el plan de respuesta de Cáritas Chile para ayudar a unos 542.000 damnificados del centro y sur del país en los próximos nueve meses, esta organización lleva a cabo diversas actuaciones de acompañamiento a las poblaciones afectadas.

Una de ellas es el proyecto "Caravana del Buen Humor", con el que un grupo de 30 humoristas van a actuar en las comunidades más azotadas para ayudar a que las víctimas, y sobre todo los niños, puedan superar las secuelas del seísmo.