Daesh se ha apoderado rápidamente en los últimos días de una serie de pueblos de Alepo y ha avanzado hasta dos kilómetros de la localidad de Azaz, poniendo en riesgo a las personas que viven en campos de desplazados internos cerca de la frontera turca y otras comunidades vulnerables, según informó la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Además, alrededor de 9.500 personas han quedado cercadas por los combates alrededor de la ciudad de Marea a medida que Daesh fue avanzando en zonas controladas por otros grupos armados no estatales. Y la rápida toma del poder del Estado Islámico en Kiljibrin y Kafr Kalbein dejó unos 6.000 civiles atrapados en estos dos municipios.

El relator especial de la ONU sobre los derechos humanos de los desplazados internos, Chaloka Beyani, indicó que, “esta situación se está deteriorando y se necesitan respuestas urgentes para salvar vidas”. “Esto significa asegurar el paso inmediato y sin trabas de todos los civiles de las zonas de conflicto y su protección hasta que puedan regresar, así como un acceso rápido, seguro y sin trabas de la ayuda humanitaria a todos los necesitados”, recalcó.

Beyani señaló que unos 165.000 desplazados internos permanecen varados en asentamientos afectados por bombardeos y ataques aéreos la frontera con Turquía, los cuales han matado o herido a decenas de civiles desde el comienzo de este año. “Si no se puede garantizar la seguridad a los desplazados internos dentro de Siria, es responsabilidad de los países vecinos abrir sus fronteras y ofrecer un paso seguro, así como el derecho a solicitar asilo”, apostilló.

“DESTINO INCIERTO”

Por otro lado, agencias humanitarias y ONG han evacuado a algunos miembros de su personal, lo que restringe la asistencia esencial y los programas de ayuda humanitaria para los desplazados internos y otros civiles, incluida la atención médica. Además, personal sanitario ha sido evacuado y al menos tres trabajadores humanitarios han resultado heridos de gravedad en las zonas cercanas al conflicto.

El relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Christof Heyns, indicó que “informes inquietantes todavía no confirmados” indican que militantes de Daesh han ejecutado familias, con niños y mujeres entre las víctimas, “con presuntos vínculos con grupos afiliados al Ejército Libre Sirio en la ciudad de Kiljibrin”. “Si se verifica cualquiera de esas acciones, serían arbitrarias y podrían constituir crímenes de guerra”, añadió.

Los expertos de la ONU subrayaron que desplazados internos y otras personas en las zonas de conflicto de Alepo también son objeto de detenciones y se enfrentan a “un destino incierto, sospechosos de pertenecer a grupos de la oposición”.

"El desconocimiento de los derechos y las vidas de la población civil se han convertido en la norma, lamentablemente, en este conflicto", dijeron, antes de agregar: "Es imperativo que todas las partes vuelvan al Estado de derecho y protejan a los civiles, ya que están obligados a hacerlo en virtud del derecho y las normas internacionales humanitarias y de derechos humanos."

Por ello, hicieron un llamamiento al cese de la violencia “para permitir que los civiles atrapados abandonen las zonas de conflicto de forma tan rápida y segura como sea posible".