En declaraciones a Servimedia, la responsable de Investigación y Políticas de Amnistía, Giulia Tamayo, afirmó que “muchas de las víctimas conocidas son niñas”.

“La violencia sexual está generalizada en los centenares de campamentos improvisados y ello agrava la situación de emergencia y de crisis humanitaria que vive Haití", apuntaron desde Amnistía.

Además, la organización subrayó que si “la violencia sexual ya era un motivo de preocupación en el país antes del terremoto”, las violaciones y abusos a mujeres, y sobre todo a niñas, han aumentado con fuerza desde la catástrofe.

Según Amnistía, “la inseguridad, el hacinamiento y la ausencia de servicios higiénicos adecuados” hacen que las mujeres y niñas que viven en los campamentos “corran más riesgo de sufrir abusos, al estar expuestas Y carecer de protección”.

A todo ello hay que añadir la falta de capacidad de las fuerzas policiales y del sistema de justicia tras el terremoto”, de modo que resulta “poco probable” que los criminales sean castigados.

LAS VÍCTIMAS, ABANDONADAS

De hecho, la investigadora de Amnistía Chiara Liguori apuntó que esta sensación de impunidad provoca que la inmensa mayoría de las víctimas no denuncien las agresiones, y que muchas opten por abandonar los refugios.

Por todo ello, Amnistía insta a las autoridades haitianas a “reforzar la presencia policial en los campamentos, sobre todo por la noche”, y ahabilitar lugares eguros para mujeres y niñas.

“No hay refugios donde las víctimas puedan protegerse y acceder a servicios sanitarios”, criticó Liguori, y reclamó que la creación de estos albergues “también debe formar parte de la respuesta a la emergencia”.

"Las ONG internacionales, con una presencia masiva en el país, sólo pueden hacer posible su construcción con la coordinación de las autoridades haitianas”, concluyó Liguori.