Tras el acto, el Rey comentó a los periodistas que "por supuesto" su presencia en esos premios era una defensa de la tauromaquia, en medio del debate político de Cataluña y de las intenciones de los Gobiernos madrileño, valenciano y murciano de declarar las corridas de toros como Bien de Interés Cultural.

Además, la asociación El Refugio promoverá la recogida de firmas para llevar una iniciativa legislativa popular a la Asamblea de Madrid, como en Cataluña, y Madrid acogerá el próximo domingo una manifestación antitaurina que cuenta con la adhesión de personalidades del mundo de la cultura como Antonio Muñoz Molina, Juan José Millás y Juanma Bajo Ulloa.

La portavoz del Partido Antitaurino y contra el Maltrato Animal, Silvia Barquero, declaró a Servimedia que "el Rey es un personaje público que nos representa a todos los españoles y, como tal, no debería dar su apoyo a algo minoritario que no está respaldado por la mayoría de la sociedad".

"El Rey, como jefe de Estado, debe cumplir con su función constitucional de mantenerse neutral, pero, además, no le hace un favor a la sociedad a la que representa cuando apoya algo que rechaza el 70% de los ciudadanos", señaló.

Por su parte, el portavoz de la Plataforma la Tortura no es Cultura, Alberto Díez, explicó a Servimedia que "la Casa Real, en su conjunto, debería representarnos a todos", por lo que consideró que "si ha habido un integrante que defiende la tauromaquia, lo mínimo que se exige es que otro salga públicamente defendiendo a la otra parte".

"Con ello, la Casa Real cumpliría esa función de representación de todos los ciudadanos y de los diferentes sentimientos y formas de pensar de la sociedad española", añadió.