Para ello, visitan oficinas de empleo para verificar su accesibilidad y se presentan a entrevistas de trabajo para comprobar la actitud hacia de las empresas con respecto a los candidatos con discapacidad a sus procesos de selección de personal.

Una de las barreras que más frecuentemente han encontrado es la falta de aparcamiento en las oficinas de empleo, y que los problemas de accesibilidad a estos centros a menudo suponen retrasos en la firma de la renovación de sus subsidios por desempleo y el riesgo de perderlos.

También se quejan de que los asesores laborales no diferencian las necesidades de las personas dependiendo su tipo de discapacidad.

Asimismo, subrayan la reticencia de las empresas hacia los trabajadores que usan sillas de ruedas, porque temen que la adaptación de sus oficinas les plantee problemas de difícil resolución.