Según explicó Grimalt a Servimedia, si bien el vertedero no está ubicado al lado de viviendas, el humo o carbonilla del fuego puede expandirse y sus efectos llegar, en función de la climatología, hasta zonas situadas a 300 o 500 kilómetros de distancia.

En cualquier caso, prosiguió el experto, lo mejor es no exponerse al humo del incendio, por lo que si se ve, es preciso resguardarse de él, ya que la carbonilla dejada por el fuego contiene sustancias cancerígenas.

En concreto, precisó el investigador, el humo que se desprende del fuego provocado por la quema de neumáticos contiene hidrocarburos aromáticos policíclicos y algunos de ellos, como el benzo(a)pireno, son cancerígenos “muy potentes”.

Por todo esto, Grimalt insistió en la importancia de no exponerse al humo del incendio y si se hace, ducharse y lavar la ropa que se lleve puesta.

Finalmente, el especialista del CSIC consideró que cuando el fuego se haya extinguido, lo adecuado sería realizar un estudio para determinar con exactitud qué residuos han quedado en la zona y, con arreglo a esta información, implementar las medidas pertinentes para eliminarlos.