Según Concapa, uno de los problemas de la educación española es “que no hay posibilidad de tener indicadores a corto plazo que permitan valorar la efectividad de las medidas que se aplican en los centros educativos”, algo que, a su juicio, solucionaría esta reválida.

La confederación explicó que se trata de evaluaciones diagnóstico que no tienen efectos académicos y no condicionan el futuro de los alumnos porque no se tienen en cuenta en la valoración final del alumnado, más allá del efecto "informativo y orientador”, que servirá “para identificar las dificultades de los alumnos y ponerles remedio cuando aún se está a tiempo”.

Asimismo, destacó que la prueba “mejora la formación de cara al paso de sexto de Primaria a primero de ESO, el curso que tiene un mayor porcentaje de repetición de alumnos”, y además “da transparencia al sistema educativo y aumenta la información que se facilita a los padres, incentiva el esfuerzo e introduce una cultura de la evaluación basada en pruebas fiables y rigurosas”.

Concapa recordó también que “de los 34 países de la OCDE, en 24 hay evaluaciones externas estandarizadas y está probada su incidencia positiva en la mejora del sistema educativo”.

Por ello, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos instó a las administraciones autonómicas a que “inicien el proceso de evaluación establecido en la Lomce y que colaboren con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el buen funcionamiento de esta evaluación” y permitan así “la mejora de la calidad del sistema educativo”.