El Gobierno reconoce que pidió la intercesión de Francia y Estados Unidos en la crisis de Aminatou Haidar
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El Gobierno español reconoce que pidió la intercesión de Francia y Estados Unidos ante Marruecos para solucionar la crisis provocada por la expulsión de la activista saharaui Aminatou Haidar y su posterior huelga de hambre en Lanzarote, para reclamar su regreso al Sahara Occidental.
Aunque el Ejecutivo nunca desmintió su colaboración con estos dos países, tampoco confirmó su intervención y es ahora, en una respuesta parlamentaria al diputado del Grupo Mixto José Luis Perestelo, a la que tuvo acceso Servimedia, cuando reconoce que "buscó el apoyo de Estados Unidos y Francia".
En la respuesta, el Gobierno asegura que puso en funcionamiento todos los mecanismos diplomáticos para lograr una solución" que permitiera a Haidar "ejercer sus derechos a la libre residencia y la libre circulación".
En esa línea, asegura que trabajó para lograr el regreso de Haidar a El Aaiun, "mediante gestiones directas con el Gobierno marroquí, también a través del secretario general de Naciones Unidas, señor Ban Ki Moon, y su enviado personal para el Sahara Occidental, señor Ross; el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, señor Guterres, y la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, señora Navi Pillay".
"También se buscó el apoyo de Estados Unidos y Francia", reconoce el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en la respuesta.
El pasado 14 de noviembre la activista saharaui Aminatou Haidar regresaba a El Aaiún tras recibir en Nueva York el Premio Coraje Civil 2009 de la Fundación Train por su defensa de los derechos humanos.
Al presentar en el aeropuerto su pasaporte, se le retiró por constar en él su nacionalidad saharaui. Fue expulsada de Marruecos y por razones confusas acabó aterrizando en el aeropuerto de Lanzarote, donde permaneció más de un mes en huelga de hambre en protesta por su situación, y tras lo cual pudo regresar a casa.
Entre tanto, no aceptó el estatuto de refugiada que le ofreció España ni la nacionalidad española que quiso dispensarle el ministro de Asuntos Exteriores.
En su momento se supo que Hillary Clinton trató el asunto con las autoridades marroquíes. Al final, Moratinos acabó pidiendo ayuda a Francia, incondicional de Marruecos, y a Estados Unidos, país con el que el país norteafricano tiene una especial vinculación por haber sido el primero que le reconoció como Estado.
(SERVIMEDIA)
01 Abr 2010
SGR/VBR/CLC/caa