En declaraciones a Servimedia, Carles Illa, técnico del departamento de Intervención Social del área de Empleo de Cruz Roja, consideró como un “indicador social” los hogares sin empleados, un “dato dramático” que refleja que muchas personas quedan sin “colchón social” y que “implica que socialmente el paro está deviniendo en un problema para muchas familias”.

Según Illa, por la experiencia que tienen en Cruz Roja esta situación repercute no sólo en los desempleados, sino en los niños y personas dependientes de quienes dejan de trabajar.

CRECIMIENTO INTERANUAL

Illa observó, a pesar del aumento de 11.900 nuevos desempleados en el primer trimestre según los datos conocidos este jueves, que en términos interanuales “hay cierto crecimiento del empleo“ (574.800 en los últimos 12 meses) y que la bajada se aprecia “en términos estacionales”, algo que no se percibe tanto en las personas que piden ayuda laboral a esta ONG.

“En nuestro caso lo hemos notado menos este año porque en la Semana Santa, que está muy vinculada a ocupaciones de hostelería, sí que hemos tenido contrataciones. O sea, que no hemos notado tanto los datos de descenso como muestra la EPA”, concretó.

En este sentido, explicó a Servimedia que en el último año la organización ha visto que “se seguía contratando gente”, por lo que se han mantenido los niveles de inserción de la ONG gracias también a que Cruz Roja ha intensificado su trabajo en ese ámbito, “con más recursos económicos y humanos al usuario”.

El técnico de Cruz Roja lamentó que la EPA no cruce datos que resultarían de mucha utilidad para poder comparar los resultados de sus proyectos de empleo con los de la población en general y así poder ser más efectivos.

DISCRIMINACIONES

No obstante, apreció que la última EPA arroja “discriminaciones importantes” en algunos sectores, como entre las personas extranjeras (con una tasa de desempleo del 29,72%, cuando la de los españoles es del 19,81%), por sexo, que “confirma” que “después de lo más profundo de la crisis” donde se “igualó” la tasa entre hombres y mujeres, ellas salen de nuevo “peor paradas”.

Asimismo, subrayó que la EPA no recoge a todos los menores de 30 años, pues “dejan de buscar activamente empleo desanimados” o porque se reincorporan al sistema educativo “y la EPA no les considera activos”.

Según balances recientes de la ONG, en 2015 participaron en sus programas de empleo 88.820 personas, de las que 36.399 fueron usuarias de proyectos “de itinerarios”, con un seguimiento más personalizado. De ellas, 15.640 encontraron trabajo.