Así se expresó el jefe de la diplomacia española durante su discurso ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo (Francia). En este sentido, Margallo subrayó que el modelo constitucional español se basa en el “reconocimiento del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que integran la nación española y en la solidaridad entre todas ellas”.

Esto le sirvió para destacar que los gobiernos autonómicos ejercen “amplias competencias, con un techo más elevado que el de la inmensa mayoría de los estados descentralizados”, al tiempo que dejó claro que las “lenguas españolas diferentes del castellano gozan de especial protección de acuerdo con nuestro orden constitucional”.

Por ello, Margallo aseveró que las “apelaciones a la legitimidad democrática” de las “aspiraciones secesionistas con ignorancia del respeto a la legalidad nos retrotraen a tiempos oscuros de imposiciones por la fuerza”.

INDEPENDENCIA

A todo ello, el ministro añadió que las declaraciones de independencia que “desprecian el derecho interno son también incompatibles con los propósitos y principios de la Carta de San Francisco” (documento fundacional de la ONU), así como a los valores que consagran el Tratado de Londres de 1949 que crea el Consejo de Europa.

Margallo manifestó que las declaraciones unilaterales de independencia son “incompatibles” con la “realización de la idea de la unidad europea”, que está en la base del Consejo y de la UE. “Una Europa”, dijo, “inspirada en el principio de solidaridad”.

Por otro lado, el ministro recordó que la admisión de España en el Consejo de Europa fue un “acto de confianza”, ya que sus miembros creyeron que el país estaba dispuesto a “alumbrar una norma fundamental que sellara la reconciliación y estableciera las bases de la convivencia en libertad entre todos los españoles”.

En ese sentido, Margallo afirmó que en estos 40 años han tenido lugar “cambios trascendentales” en Europa y que coinciden con el periodo “más exitoso de la historia contemporánea de España”.

Esta remembranza del pasado fue utilizada por Margallo para proyectar los retos que tiene ante sí la comunidad internacional. Entre ellos, se encuentra la lucha contra el yihadismo, el reto del cambio climático y la adopción de la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

"DIÁLOGO, CONCILIACIÓN Y CONVIVENCIA"

Margallo hizo mención especial a la crisis de los refugiados para la que, dijo, la acción de la comunidad internacional debe guiarse por el “principio de solidaridad y el respeto de los derechos fundamentales” de quienes “más han sufrido durante la crisis y de quienes buscan en nuestras costas un futuro mejor”.

“Su Santidad el Papa Francisco nos ha impartido una lección sencilla con ocasión de su visita a la isla de Lesbos, de la que los Gobiernos debemos tomar nota. El de España lo hará”, sentenció.

Margallo dijo que este “dolorosísimo éxodo” no culminará hasta que se ponga fin a los conflictos que los provocan. Entre ellos, citó a Siria, Libia, Mali, el conflicto entre árabes e israelíes o Ucrania.

El ministro concluyó aseverando que España “es y seguirá siendo” un miembro del Consejo de Europa “fiable y previsible”, al tiempo que dijo que los europeos se sienten actualmente “más seguros, más libres y más reforzados en sus derechos, Pero aún estamos lejos de la perfección”. Por ello, apeló a valores como “el diálogo, la conciliación y la convivencia. Fuera de ellos, nos quedamos a la intemperie”.