Doñana es un humedal de gran importancia ecológica y su superviviencia depende directamente del proceso de recarga natural del acuífero. El uso intensido de los recursos en la zona por la agricultura y el turismo hace que el acuífero sea un parámetro clave para su gestión medioambiental, según informó este miércoles el IGME.

Este organismo del Ministerio de Economía y Competitividad instaló el pasado mes de septiembre una infraestructura que registra la recarga natural de los registros hídricos y de las tendencias climáticas regionales, así como sus efectos sobre la vegetación y el suelo, con el fin de obtener un conocimiento preciso de la recarga natural de agua subterránea por las lluvias.

La recarga natural es de muy difícil medición, ya que solo una pequeña parte de las precipitaciones se infiltra y recarga los acuíferos, mientras que una gran parte de esas lluvias se evapora o se escapa en forma de escorrentía superficial.

No obstante, existe un método bastante preciso que consiste en medir la variación del peso del suelo en función de su contenido de agua. Precisamente para eso, se ha instalado un meteo-lisímetro de última generación y elevada precisión (10 gramos en 2,5 toneladas de suelo inalterado), el primer equipo de este tipo que se instala en España.

Para considerar la variabilidad de los suelos y la vegetación en el Parque Nacional de Doñana, se incorporarán también sensores de humedad de suelo y estaciones meteorológicas en cinco puntos más durante esta primavera.

El equipo ha iniciado un control permanente y a largo plazo de más de 20 parámetros meteorológicos y del suelo a intervalos de minutos y con acceso remoto.

Las instalaciones se incorporarán a la Infraestructura Científica y Tecnológica Singular de la Reserva Biológica de Doñana (ICTS-RBD), gestionada por la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), lo que permitirá un seguimiento 'online' de los parámetros monitorizados y el acceso público a los datos.