Según informó CCOO, de esa cifra total, la intención del banco es efectuar unas 600 prejubilaciones y otras 600 bajas incentivadas.

Además, el banco que preside Ana Botín acometerá una concentración de oficinas eliminando redudancias y trasvasando pequeñas a mayores.

Esto implica cerrar hasta 450 sucursales, la mayoría integradas por entre uno y dos trabajadores. Además, esta decisión del cierre de oficinas se traducirá en una movilidad interna.

"Desde CCOO hemos manifestado en la reunión que no es justificable ninguna pérdida de empleo y que el número de salidas se debe reducir

sustancialmente", apunta el sindicato.

CCOO ha puesto también como línea roja las condiciones acordadas para el proceso de fusión del año 2013 y han aportado propuestas "para un proceso con garantías para la plantilla".

Así, exigen la realización de un proceso "dialogado y negociado" que elimine la toma de cualquier medida traumática en la reestructuración del banco en relación a las plantillas y a la calidad del empleo.

El sindicato dice que la reestructuración debe dirigirse a paliar la

escasez de plantilla en las sucursales y por eso "hemos exigido que tras el ajuste el ratio de plantilla por oficina sea mayor que el actual".

"Banco Santander debe demostrar su compromiso con una plantilla que ha contribuido a que sigamos siendo una empresa competitiva, sostenible y rentable, a pesar del entorno de crisis económica y sectorial sufrido", señala el sindicato.