En su intervención en el Pleno del Congreso sobre el último Consejo Europeo, Sánchez reprochó a Rajoy su "actitud insolidaridad, elevada a la máxima potencia", cuando acató el preacuerdo con Turquía, y le acusó de “remolonear, poner excusas y olvidarse de la sensibilidad” ante el drama de los refugiados.

ACOGIDA ACTIVA

El líder del PSOE, que aprovechó este asunto para insistir en la necesidad de poner fin al Gobierno de Rajoy, afirmó que hay que ir “activamente” a por los refugiados para exponerles las bondades de España.

“No basta con pedir en vano cuotas” y que los refugiados piensen en España, porque “están deslumbrados” por Alemania y los países nórdicos. Tampoco hay que esperar, dijo Sánchez, a que Turquía “cobre” por los refugiados ni a que Alemania “explote” por la llegada masiva de personas.

En esta línea, el secretario general del PSOE afirmó que si es presidente del Gobierno -frase que empleó varias veces en su discurso-, convertirá a España en un “país de acogida”, con estructuras políticas de acogida, con un papel de referencia y voluntad decidida de promover en las instituciones europeas políticas de acogida.

“Por inacción o por omisión” de sus responsabilidades, Sánchez aseguró que Rajoy ha dejado de estar en el “corazón de las decisiones de Europa” y “esta también es una razón para poner fin a su gobierno”.

PASIVIDAD DEL GOBIERNO

El líder del PSOE criticó la pasividad inicial del Gobierno y que rectificara “seis días después”, por la presión política, en su postura sobre el acuerdo con Turquía, y aceptara que hubiera un mandato común del Congreso sobre la posición que debía tener España.

Sánchez indicó que el acuerdo parlamentario daba al Gobierno “margen suficiente” y una “legitimidad indudablemente mejorada” para defender la postura española. Debía “oponerse” y exigir que se cumpliera con los “compromisos de reubicación”, indicó. A su juicio, este “incumplimiento” es “una vergüenza que su Gobierno traslada a toda España”.

De hecho, pidió que se cumpla de “manera escrupulosa” el acuerdo al que se llegó entre todos los grupos parlamentarios, en el que también se rechazan las “ilegales” expulsiones colectivas.

Sánchez comenzó su intervención dándole la “bienvenida” a Rajoy a su primera comparecencia parlamentaria en el Pleno como presidente en funciones. Le recordó que le tratará con “todo el respecto que merece” por el cargo, pero, a la vez, espera “por motivos obvios” que sea la última.

Aprovechó también su intervención para reprocharle que haya adoptado medidas que hipotecan a futuros ejecutivos, con cuestiones que considera "trámites burocráticos sin importancia", y se niegue a someterse al control de la Cámara. "Un Gobierno en funciones no es un gobierno descontrolado", aseveró.