Así, España ha pasado de una tasa de 53 muertos en carretera por cada millón de habitantes en 2010 a 36 fallecidos en 2014 y 2015, lo que supone un descenso del 32%, cuando la media de la UE es de -17%. Todos los países han experimentado descensos en la mortalidad vial, salvo Luxemburgo y Suecia, donde se ha estancado.

Respecto a las cifras de 2015, España es el sexto país con menor tasa de mortalidad en carretera (36 fallecidos por cada millón de habitantes), por detrás de Malta (26), Suecia (27), Países Bajos (28), Reino Unido (29) y Dinamarca (30), y empatada con Irlanda (36).

De esta forma, mantiene la misma posisión e idéntica tasa respecto a 2014, cuando Malta tenía la menor mortalidad en carretera (24 fallecidos por millón de habitantes), seguida de Países Bajos y Suecia (28), Reino Unido (29) y Dinamarca (32).

En 2010, España era el octavo país comunitario con menor mortalidad vial (53 fallecidos por millón de habitantes), superada entonces por Suecia (28), Reino Unido (30), Países Bajos (32), Malta (36), Alemania (45), Dinamarca (46) e Irlanda (47).

En términos globales, la tasa de mortalidad en la UE ha pasado de 63 muertos por cada millón de habitantes en 2010 a 51 en 2014 y 51,5 en 2015, con lo que en el último año se ha producido un ligero repunte.

“NINGUNA MEJORA” EN 2015

Por otro lado, cerca de 26.000 personas perdieron la vida el año pasado en las carreteras de la UE, lo que supone 5.500 menos que en 2010, pero la Comision Europea lamentó que “no existe ninguna mejora” en comparación con 2014, después de reducciones significativas del 8% en 2012 y en 2013. El Ejecutivo comunitario achacó esta desaceleración a algunos factores, entre ellos una mayor interacción entre usuarios no protegidos y motorizados en las ciudades.

Alrededor de 135.000 personas resultaron heridas en 2015. Es la primera vez que la Comisión Europea aporta la cifra de lesionados, ya que los países de la UE han comenzado a recopilar datos comparables y fiables sobre accidentes de tráfico graves.

“Cada muerte o lesión grave es demasiado. Hemos logrado resultados impresionantes en la reducción de la mortalidad en carretera en las últimas décadas, pero el estancamiento actual es alarmante. Si Europa quiere cumplir el objetivo de reducir a la mitad las muertes en carretera para 2020, aún queda mucho por hacer”, aseveró Violeta Bulc, comisaria europea de Transportes.

Bulc animó a los países a multiplicar los esfuerzos en este sentido. “Eso puede tener un coste, pero no es nada comparado con los 100.000 millones de euros de coste social de los accidentes de tráfico mortales y con lesionados”, apostilló.

Apuntó que la tecnología y la innovación influyen cada vez más en el futuro de la seguridad vial, puesto que la conducción conectada y automatizada tiene “un gran potencial para ayudar a evitar accidentes”, por lo que, según agregó, la Comisión Europea establecerá “el marco adecuado” en este sentido.

Con el fin de alcanzar el objetivo estratégico de la UE de reducir a la mitad el número de muertes en carretera entre 2010 y 2020, la Comisión Europea pidió “esfuerzos adicionales” a los Estados miembro, ya que las mayores acciones de seguridad vial en el día a día se realizan en los ámbitos nacional y local: cumplimiento de las normas de tráfico, desarrollo y el mantenimiento de las infraestructuras, educación y campañas de sensibilización.

Para allanar el camino hacia la conducción automatizada y conectada y una mejor gestión del tráfico, la Comisión Europea desarrollará un plan sobre el despliegue de los sistemas cooperativos de transporte inteligentes (que fomentan la comunicación bidireccional entre vehículos y con la carretera) en la segunda mitad de este año. Estos sistemas advierten a los vehículos entre sí (por ejemplo, en caso de frenado de emergencia) o a través de la infraestructura (obras próximas en la calzada, por ejemplo).