El líder de la mafia georgiana se casó con una española a la que pagó 5.000 euros y nunca volvió a llamar
- Marlaska le ha enviado a prisión junto a 17 de sus presuntos subordinados
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El presunto líder en España de la mafia georgiana, Kakhaber Shushanasvili, contrajo matrimonio el pasado 19 de octubre en Barcelona con una ciudadana española a la que pagó 5.000 euros. Según el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, este matrimonio de conveniencia permitió a Shushanashvili obtener el permiso de residencia y moverse libremente por Europa.
En el auto hecho público hoy, el magistrado destaca que, tras la celebración del enlace, el mafioso no ha llamado nunca a su esposa. De hecho, subraya que la verdadera mujer de Shushanashvili es Kateryna Myerkova, con quien tiene dos hijos de corta edad y a quien ha dejado en libertad bajo fianza de 20.000 euros.
Grande-Marlaska revela todos estos datos en el auto en el que argumenta su decisión de enviar a prisión preventiva e incondicional a 18 de los 21 arrestados este lunes en España en el marco en el marco de la operación internacional contra la mafia Georgiana.
El magistrado ha dejado en libertad a tres personas, entre ellas a la verdadera mujer de Shushanashvili, a quien impuso una fianza de 20.000 euros. Los otros dos arrestados que han quedado en libertad deberán comparecer periódicamente ante los juzgados.
Finalmente, sólo 21 presuntos mafiosos han pasado a disposición judicial, a pesar de que inicialmente se informó de 24 detenidos en España -80 en toda Europa-. Fuentes jurídicas explicaron que el hecho de que tres presuntos mafiosos no hayan comparecido ante Grande-Marlaska se debe a que, aunque su detención fue ordenada por España, fueron arrestados fuera de nuestras fronteras.
A los presuntos mafiosos se les imputan delitos de conspiración para cometer asesinatos, extorsión, amenazas, coacciones, robo con fuerza, tenencia de armas, asociación ilícita, blanqueo de capitales, contra la hacienda pública y falsificación.
Todos integraban una organización criminal georgiana denominada “Kutaisi”, establecida en España desde 2005 y que utilizaba nuestro país como base para actuar en otros lugares de Europa, principalmente en Suiza, Alemania, Austria, Italia y Francia, aunque también mantenía un “estrecho contacto con el mundo criminal” de Georgia, Rusia, Ucrania y Armenia.
INSTALARSE EN MADRID
En España, la organización estaba dirigida por Shushanashvili y su lugarteniente, Zviad Darsadze. Por encima de ellos, en el plano internacional, se encontrarían Koba Shermazashvili y el máximo líder de la red mafiosa, Lasha Shushanasvili, hermano del dirigente en España y que consiguió huir de la operación policial.
Dentro de nuestras fronteras, la banda actuaba en Barcelona, Gandia (Valencia) y Getxo (Vizcaya). “Actualmente, estarían intentando instalarse en Madrid”, señala el auto del magistrado.
La organización utilizaban una “caja común” para sus negocios delictivos, principalmente robos, extorsiones, amenazas, falsificaciones de moneda y blanqueo de capitales. Para esta última actividad, la red utilizaba restaurantes e incluso joyerías en donde vendían el material robado.
Shushanashvili dirigía las actividades de la organización en España y se encargaba de gestionar la “caja común” de la organización delictiva.
El juez de la Audiencia Nacional destaca en su auto que se trataba de una organización transnacional con un estricto orden jerárquico con el que sometía a sus miembros. El no respeto a estas exigencias conllevaba diversas represalias “que en la gran mayoría de ocasiones derivaban en el uso de la violencia”.
ENFRENTAMIENTOS CON OTRAS MAFIAS
La organización de Shushanashvili mantenía enfrentamientos con otras bandas mafiosas asentadas en Francia, Italia y Holanda, según Grande-Marlaska. La red delictiva estaba fundamentalmente enfrentada con una organización liderada por Tariel Oniani, Vladimir Janashia y Merab Dhangveladze. De hecho, se referían a los miembros de esta organización rival como “putos”, un apelativo que constituía “uno de los máximos deshonores” que se le podía atribuir a una persona.
Shushanashvili había planificado y dado instrucciones para localizar en Francia a Janashia, con el objetivo de asesinarle. El líder llegó a reunirse en Barcelona con dos de sus subordinados a los que ordenó desplazarse a Niza, lugar de residencia de Janashia, para llevar a cabo el crimen. “Todo lo acontecido se puso en conocimiento de las autoridades francesas”, señala el auto.
(SERVIMEDIA)
17 Mar 2010
DCD/lmb