Durante su intervención ante la Junta de Accionistas de la compañía, Dancausa apuntó que desde el banco se están preparando por si los vientos de cola de los que se beneficia la economía española cambian.

“Si los vientos cambian, no podemos cambiarlos de dirección, pero sí cambiar las velas para alcanzar las metas propuestas”, aseveró la número dos de la entidad financiera.

Continuando con el símil marino, la consejera delegada de Bankinter denunció la “calma chicha” que se instala y que “llega a exasperar” porque dificulta el desarrollo de la economía española.

Por ello, pidió diálogo a los partidos políticos para acabar con la “incertidumbre” política porque, pasados tres meses, “permanece la fragmentación” y es preciso gestionar adecuadamente la situación en un plazo “razonable” para que 2016 sea “un buen año para la economía española”.

Por su parte, el presidente de Bankinter, Pedro Guerrero, también se refirió al panorama político y lamentó que la situación actual “deprime las expectativas de los empresarios y afecta al crecimiento económico”.

En el terreno internacional, el presidente de la entidad reconoció que el panorama actual “no es muy halagüeño”, como consecuencia de la ralentización de la economía por la crisis de los países emergentes y el precio del petróleo.

RESULTADO HISTÓRICO

La consejera delegada del banco se refirió al resultado logrado en 2015, cuando el banco logró un beneficio neto de 375,9 millones de euros, un 36,3% más con respecto a los 275,9 millones logrados en el año 2014.

Dancausa insistió en que se trata del mayor nivel de beneficios obtenido por el banco en sus 50 años de historia, apoyado en el negocio recurrente con clientes “gracias a haber puesto el énfasis en la actividad bancaria tradicional”.

La número dos del banco se felicitó de que la entidad tiene un patrón de crecimiento “sostenido, regular y sólido” desde el año 2012 con unos resultados “sin altibajos, sin sorpresas y sin atípicos”.

Por último, Dancausa tachó de “absurdamente bajos” los tipos de interés de la zona euro y calificó de “despropósito” y “sinsentido” esta situación porque algunos piensan que “se tendrá que pagar al cliente” por cubrirle frente a un riesgo.