La OCDE desmonta la creencia de que las leyes ambientales dañan las exportaciones

MADRID
SERVIMEDIA

Los países con políticas ambientales estrictas no pierden competitividad en las exportaciones en comparación con los que tienen normas 'verdes' más moderadas, según aseguró este jueves la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) en un estudio en el que examina el comercio de bienes manufacturados entre las economías avanzadas y las emergentes.

El estudio, titulado ‘¿Afectan las políticas ambientales a las cadenas de valor globales?’, analiza los datos históricos de exportaciones de industrias de alta y baja contaminación en 23 países avanzados y seis economías emergentes, a los que clasifica si tienen políticas ambientales más o menos estrictas.

La OCDE señala que las economías emergentes con fuertes sectores industriales, como China, podrían reforzar sus leyes ambientales sin que ello afecte a sus exportaciones y apunta que las industrias más contaminantes o con mayor consumo energético (como productos químicos, plásticos y la fabricación de acero), ya sea en los países emergentes, en Europa o en América del Norte, sufrirían una pequeña desventaja con un mayor endurecimiento legal, lo que se compensa con el crecimiento de las exportaciones de industrias más limpias, como maquinaria o electrónica.

Además, precisa que ambos efectos son pequeños en comparación con los factores que influyen en el tamaño del mercado, el levantamiento de los aranceles comerciales, la globalización y los bienes de cada país.

Por ejemplo, el valor agregado nacional de las exportaciones de mercancías procedentes de industrias contaminantes de los países más respetuosos con el medio ambiente (Alemania, Dinamarca y Suiza) a las economías emergentes aumentó en 11.157 millones de dólares (10.290 millones de euros) entre 1995 y 2008, cifra que sería un 3% más alta si las leyes ambientales no fueran tan estrictas, en tanto que esas mismas normas impulsaron las exportaciones de las industrias más limpias en un 3%, con casi la misma cantidad en dólares.

Con ello, la OCDE desafía la creencia convencional de que las regulaciones para frenar la contaminación y el consumo de energía perjudica a las empresas con la creación de nuevos costes, con lo que se verían obligadas a trasladar algunas fases de su producción a países con legislaciones ambientales más laxas.

“No encontramos ninguna evidencia de que una gran brecha entre las políticas ambientales de dos países determinados afecte significativamente a su comercio global de bienes manufacturados. Los gobiernos deben dejar de trabajar sobre el supuesto de que una regulación más estricta dañará a sus exportaciones y centrarse en lo que pueden obtener en innovación”, explicó Catherine L. Mann, economista jefe de la OCDE.

En este sentido, la OCDE indica que su informe arroja evidencias para los países que pretenden endurecer sus leyes ambientales en línea con los nuevos compromisos globales contra el cambio climático, sin que ello afecte a su actividad comercial.

(SERVIMEDIA)
10 Mar 2016
MGR/caa