Según la OMS, desde el 2 de marzo 67 empresas e instituciones de investigación trabajan en una serie de productos para el control del virus del zika que se encuentran en distintas etapas de desarrollo. De las investigaciones en marcha, 31 están destinadas a mejorar el diagnóstico, 18 a conseguir una vacuna, diez destinadas al control vectorial, ocho en tratamientos terapéuticos y, por último, ocho investigaciones en tratamientos terapéuticos.

Aunque todavía no se ha probado ninguna vacuna en seres humanos, los expertos coincidieron en que el desarrollo de una vacuna es una de las principales prioridades para responder a las epidemias en el futuro y la vacunación de las mujeres embarazadas y mujeres en edad fértil es el principal objetivo.

Más de 30 compañías están trabajando para conseguir mejores pruebas de diagnóstico. Hay un apoyo general para el desarrollo de una prueba que pueda diagnosticar el dengue, el chikungunya y el virus del zika. Está listo un primer borrador que se someterá a consulta pública antes de su finalización a mediados de abril.

En cuanto al control del vector, los expertos manifestaron que las intervenciones tradicionales como los insecticidas no tuvieron un impacto significativo con el dengue y lo mismo podría ocurrir con el zika. Además advirtieron sobre el rigor extremo que debe ser aplicado a la hora de evaluar nuevas herramientas del control del vector como, por ejemplo, la bacteria wolbachia o los mosquitos transgénicos o irradiados.

Por último, la subdirectora general de I+D de la OMS, la doctora Marie-Paule Kieny, afirmó que “la necesidad más urgente es el desarrollo de herramientas de diagnóstico y preventivas para hacer frente a la actual brecha de I+D y proteger a las mujeres embarazadas y sus bebés".