El acuerdo se ha cerrado entre los bonistas y el denomionado G7, integrado por Santander, CaixaBank, Banco Popular, Sabadell, Bankia, Credit Agricole y HSBC.

Una vez que las partes se han comprometido con el acuerdo, tendrán que desarrollarlo y ser aprobado por el resto de acreedores para que sumen el 75% del pasivo. Además, posteriormente los órganos de gobierno de la compañía lo analizarán para su aprobación final.

De acuerdo con las citadas fuentes, el dinero nuevo a inyectar en la compañía andaluza para 2016 y 2017 alcanza los 1.200 millones de euros. Además, está previsto refinanciar entre 500 y 600 millones de euros en créditos ya concedidos.

El preacuerdo establece una partida por valor de entre 100 y 110 millones de euros en un crédito para las necesidades de la compañía que se hará efectivo este mes de marzo.

En cuanto al reparto, el 5% del capital quedará en manos de los accionistas actuales, que podrán hacerse con otro 5% adicional cumplen con los compromisos y pagan la deuda.

En virtud de este principio de acuerdo, otro 55% del capital quedará en manos de quienes inyecten dinero nuevo en la entidad (es decir, de los bonistas), mientras que el 40% restante será ostentado por los propietarios de la deuda antigua.

En cuanto al coste de la inyección, la banca cobrará un interés anual del 5%, a lo que suma una comisión de apertura del 4% y una comisión del 1% al cancelar el crédito.