“Hay una terrible sensación de aislamiento físico, político, social y económico, y de abandono entre en un gran número de personas –más de tres millones- que están luchando para ganarse la vida en las zonas de conflicto. Ellas están en necesidad urgente de mayor protección y apoyo”, afirmó el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein.

El informe abarca el periodo comprendido entre el 16 de noviembre de 2015 y el pasado 15 de febrero y pone especial énfasis en la lucha diaria por la supervivencia de las personas que viven alrededor de la ‘línea de contacto’ que separa las autoproclamadas República Popular de Donetsk y República Popular de Lugansk del resto de Ucrania.

La guerra se inició en abril de 2014, cuando comenzaron los enfrentamientos entre separatistas prorrusos y miembros de las fuerzas gubernamentales, después de las protestas ciudadanas del Euromaidán.

El informe indica que muchas casas han sido dañadas y saqueadas, las administraciones locales no funcionan y el acceso a los servicios públicos básicos es limitado, en tanto que el agua y la comida son caros y difíciles de adquirir, la libertad de circulación está seriamente obstaculizada por puntos de control en los que, en ocasiones, cientos de vehículos se agolpan para cruzar la ‘línea de contacto’ y los pasajeros se ven obligados a pasar la noche con temperaturas bajo cero.

Además, los residentes de los territorios bajo el control de grupos armados prorrusos son particularmente vulnerables a las violaciones de los derechos humanos porque viven en un entorno caracterizado por estructuras de gobierno paralelas, una completa ausencia del Estado de derecho, detenciones arbitrarias, torturas, detenciones incomunicadas y falta de mecanismos de reparación ante estos abusos.

Los observadores de derechos humanos de la ONU también documentaron denuncias de violaciones cometidas impunemente por funcionarios encargados de cumplir las leyes ucranianas, como desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas y otros malos tratos.

“Estoy particularmente preocupado por la falta de espacio de la sociedad civil, la vulnerabilidad a los abusos de las personas privadas de libertad y la completa ausencia de un debido proceso y Estado de derecho en los territorios bajo el control de los grupos armados", dijo Zeid.

Por último, el informe indica que el alto el fuego en el estre de Ucrania sigue siendo “frágil”, al persistir bombardeos indiscriminados y la presencia de minas antipersonales y restos de guerra. El conflicto ha ocasionado más de 30.000 víctimas (al menos 9.160 muertos y 21.000 heridos).