La ONG considera fundamental el trabajo que desempeñan las organizaciones de mujeres a la hora de combatir los dañinos estereotipos de género.

“Lograr que las mujeres disfrutemos de una igualdad plena es un proceso socioeconómico y político muy complejo. Pero juntos, estos cambios tienen el potencial de guiarnos a un modelo de sociedad más justa donde las personas más oprimidas puedan realizar sus derechos”, afirmó Belén Sobrino, responsable de Derechos de las Mujeres en Oxfam Intermón.

De entre todas las desigualdades, la ONG asegura que la de género constituye la más sistemática y extendida. En todo el mundo, mujeres y niñas enfrentan situaciones de discriminación, con trabajos más precarios y peor pagados y obstáculos severos para participar en la toma de decisiones públicas. Además, asumen el grueso de las tareas no retribuidas del cuidado y del hogar, y en muchos casos sufren situaciones de violencia por el hecho de ser mujeres.

VIOLENCIA DE GÉNERO

A esto se suma la impunidad en los casos de violencia de género y la falta de mecanismos legales de protección. A día de hoy, 46 países no han desarrollado ninguna legislación contra este tipo de violencia, añadió la organización.

Oxfam Intermón denuncia que actualmente las mujeres siguen siendo las grandes perjudicadas por la desigualdad económica y tienen más dificultades para acceder a servicios sanitarios, educación, mercado laboral y representación en las instituciones.

Además, son las más afectadas por desastres y conflictos, a pesar de lo cual sólo un 4% de los participantes en conversaciones de paz son mujeres.

Asimismo, 125 millones de niñas y mujeres siguen sufriendo la mutilación genital femenina, con efectos devastadores para su salud y desarrollo, indicó la ONG.

Oxfam estará presente en la próxima edición de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés), que se celebrará en Nueva York entre el 14 y el 24 de marzo.

Oxfam reclama cuatro objetivos clave en el marco de la Agenda 2030: la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas; el reconocimiento del trabajo doméstico y de los cuidados no remunerados; la necesidad de reducir la desigualdad en la financiación para la igualdad de género, y mejorar los indicadores y datos sobre la situación de las mujeres y las niñas en el mundo.