Gallardo comentó a Servimedia que "en un Estado de derecho hay principios que son básicos", y uno de ellos es que "el secreto de la conversación cliente-abogado es sagrado", porque, "si se rompe, el acusado pierde toda posibilidad de defensa". "Si el fiscal se va a enterar al mismo tiempo que su abogado", razonó, "o no se lo cuenta y el abogado no puede defenderle bien, o, si se lo cuenta, tampoco le va a poder defender", porque la otra parte va a estar al corriente. "Eso es algo que no se puede hacer", sentenció.

Sin entrar en una polémica que "está pasando en todo el mundo", el portavoz del FJI dijo que las leyes antiterroristas son "una desgracia del mundo moderno", porque "han obligado a retroceder al Estado democrático de derecho para protegerlo", y "han roto ese principio básico". En cualquier caso, recordó que sólo ha de quebrantarse "en casos excepcionales", cuando, si no se interviene la conversación cliente-abogado, "mañana mueren 200 personas en un atentado".

A su juicio, "en un caso de corrupción política como el de Valencia, sin quitarle el más mínimo ápice de gravedad, obviamente no había peligro para la vida de nadie ni para el propio Estado, sino simplemente un interés en pescar a unos determinados políticos".

"El día que a mí me encausen y sea inocente y quiera defenderme, quiero estar seguro de que podré hablar libremente con mi abogado y de que él podrá defenderme bien", observó Gallardo, recordando que "las garantías procesales no están establecidas para proteger al delincuente, sino para evitar que personas inocentes vayan a la cárcel; por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con romperlas".