En una entrevista en Radiocable recogida por Servimedia, insistió en que la repetición de las elecciones sería “un hecho dramático”, porque “no se le puede devolver la pelota” a los ciudadanos y porque el PP podría utilizar el mensaje de que la izquierda no es capaz de llegar a acuerdos, lo cual reduciría las posibilidades de cambio.

De eso, aseguró, los dirigentes de esos partidos de cambio “somos todos conscientes”, pero por algún motivo persisten una “hostilidad manifiesta” entre PSOE y Podemos que ha llevado al hecho “verdaderamente bochornoso” de que dos meses después de las elecciones no se hayan sentado a explorar la posibilidad “efectiva y concreta” de un Gobierno alternativo.

Con la humildad de sus dos escaños pero la legitimidad de casi un millón de votos, Garzón pretende “mediar” entre esas fuerzas para que dialoguen “a tumba abierta” sobre sus propuestas y sus límites y dejen “de marear a la gente”. Que pongan sus cartas boca arriba y asuman que su “partida de póquer está siendo un suplicio para la mayoría social”.

El problema de esos ciudadanos, reiteró, no es de ministerios ni de nombres, sino de hambre, pobreza y empleo. Por ello, cree “legítimo” que cada cual plentee propuestas de máximos, pero sentándose a hablarlas “a cara descubierta” para poder rebajarlas y llegar a acuerdos.