Fernández Heredia detalló esta propuesta en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno del Ayuntamiento, en la que compareció junto a la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, y el segundo teniente de alcalde y delegado de Coordinación Territorial y Asociaciones, Nacho Murgui, quien hoy ejerció de portavoz municipal porque Rita Maestre estaba en el juicio por su acto de protesta de 2011 en la capilla de la Universidad Complutense.

En la rueda, Sabanés, que admitió la necesidad de acometer reformas en la línea, terminó calificando de “inviable” la intención del Gobierno de la Comunidad de ejecutar la obra de una sola vez, lo que obligaría a cerrar la línea entera entre mayo y septiembre.

La delegada avanzó que el Ayuntamiento planteará un diálogo en el Consorcio de Transportes y pedirá que se hagan “valoraciones conjuntas”, dado que el Consistorio es el que tiene competencias sobre la movilidad en la ciudad. A su modo de ver, la obra “se puede y se debe hacer por tramos”, y nada “permite pensar que eso no sea posible”.

Además, propuso como alternativa la intermodalidad, la conexión entre autobús urbano, Metro y Cercanías, con dos servicios en lugar de uno: Sierra de Guadalupe-Atocha y Chamartín-Cuatro Caminos.

NO UNA SOLA LÍNEA

En ese sentido, Fernández Heredia dijo que la alternativa al cierre no podría ser una única línea de la EMT que hiciera el mismo recorrido, porque tiene una capacidad de la décima parte que una del Metro y tarda mucho más.

Además, anunció que la Empresa Municipal no se presentará al concurso para gestionar los servicios especiales de sustitución, porque considera que el precio fijado en el concurso no permitirá un servicio de calidad como el que aseguró que ofrece la EMT.

El gerente apuntó que “da la sensación de que la Comunidad de Madrid está improvisando”, al haber convocado el concurso por procedimiento de urgencia, licitarlo primero por seis millones y luego por tres, sin precisar la localización de las paradas de ese servicio especial, que quedaría en manos del adjudicatario, ni que los vehículos sean autobuses accesibles y no autocares. Tampoco se contemplaría incluir un servicio de atención al cliente.

El Ayuntamiento calcula que las obras de la línea 1, tal como están planteadas, afectarían a 220.000 viajes diarios, 13.000 de ellos en hora punta; que 100.000 viajeros de sus 220.000 diarios se quedarían sin alternativa, y que se incrementaría en 25.000 el número de vehículos privados en la calle, para entre 50.000 y 100.000 viajes diarios más que añadir a los autobuses.