El ministro dijo ayer que Barbero “ha probado de su propia medicina” y que “el tiempo pone a cada uno en su lugar” al comentar el incidente protagonizado por algunos policías municipales que, en una manifestación, zarandearon al concejal y le llamaron “perroflauta” y “rojo de mierda”.

Murgui, que ejerció de portavoz tras la Junta de Gobierno por estar Rita Maestre siendo juzgada, dijo que la manifestación fue “una protesta legítima que se extralimitó de las formas adecuadas”, con insultos” y una “agresividad excesiva”, por lo que Fernández Díaz “se ha puesto en su lugar” al hacer esa interpretación.

El teniente de alcalde, que apeló a los sindicatos que “han restado legitimidad a la protesta”, contestó que cuando en una manifestación se llama a un concejal perroflauta o rojo de mierda, “ya no es que esté politizada, sino que el nivel ha bajado bastante”. Para Murgui, “es obvio que ese acto rebasó los límites en que estaba concedido el permiso de la Delegación del Gobierno”, pues lo que iba a ser una simple concentración se convirtió en manifestación que obligó a cortar la calle, y la actitud de algunos policías no correspondió al comportamiento que se ha de mantener en dichos actos.