Se trata de la primera ocasión en la que Rajoy asiste a un Consejo Europeo como jefe del Ejecutivo en funciones teniendo en cuenta que la última reunión de jefes de Estado y de Gobierno se celebró en diciembre en la recta final de la campaña de las elecciones generales.

De hecho, su asistencia como presidente del Gobierno en funciones planteó la petición por parte del PSOE de que Rajoy compareciera en pleno antes de viajar a Bruselas, a lo que, finalmente, el Gobierno respondió con la comparecencia en Comisión este miércoles del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo.

García-Margallo instó a los grupos parlamentarios a que “presten su aquiescencia” para que Rajoy pueda aceptar los acuerdos del Consejo Europeo. Insisten en el Ejecutivo y en el PP, en que si Rajoy asistiera a Bruselas con un mandato cerrado podría romper el voto por unanimidad que exigen los acuerdos si hubiera alguna modificación sobre los textos negociados.

Según informó Moncloa en una nota, desde este jueves se someterá a la consideración de los jefes de Estado y de Gobierno "un paquete decisorio" que incluye como elemento principal el nuevo encaje del Reino Unido en la Unión Europea.

Éste consta de cinco secciones y pretende dar respuesta a las inquietudes manifestadas por el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, en su carta al presidente del Consejo Europeo del pasado 10 de noviembre de 2015.

Respecto a la situación migratoria y de refugiados, las conclusiones del Consejo Europeo prevén ocuparse de temas como "la plena aplicación" del Código de Fronteras Schengen en las fronteras exteriores.

También se tratará el estado y desarrollo de los puntos de acogida de Italia y Grecia, la actuación y apoyo a los países de los Balcanes occidentales y la asistencia humanitaria a los países vecinos de Siria, así como el Plan de Acción UE-Turquía y el Proyecto de la Comisión de un Reglamento sobre la Guardia Europea de Fronteras y Costas.

Además, se pondrá sobre la mesa la recomendación de política económica para la zona euro, perteneciente al ciclo tradicional de supervisión económica del semestre europeo y, en el ámbito de la política exterior, las cuestiones sobre la situación en Siria y Libia tratadas tras la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores del 15 de febrero.