Así lo denuncia en su nuevo libro 'La educación en la encrucijada', editado por Fundación Santillana y presentado hoy en Madrid. Según el experto, esta inequidad se debe a la diferencia de recursos que invierte cada comunidad autónoma, pero también tiene mucho que ver con la dicotomía campo/ciudad y barrios ricos/barrios pobres dentro de la misma conurbación.

Del hábitat dependen el nivel socioeconómico de las familias y su bagaje cultural y, en consecuencia, las expectativas de los profesores sobre sus alumnos y la motivación que estos últimos reciben en casa, entre otros aspectos.

Basta con atender a los diferentes resultados que dentro de una misma ciudad obtienen los alumnos de colegios públicos en función del barrio “para comprender la importancia del lugar de residencia”, destacó Fernández Enguita.

Lo mismo sucede si comparamos mundo rural y mundo urbano y sur y norte de España, prosiguió, tras señalar que estas diferencias han mejorado muy poco. Sí reconoció el catedrático que el enfoque a la hora de abordar la desigualdad “se ha sofisticado”, pues ahora se atienden muchos otros factores, pero en general, sigue “en un segundo plano”.

Así, criticó que los problemas asociados al origen étnico “nunca se han abordado bien”, algo que siempre ha sucedido con el alumnado gitano y que ahora ocurre con la inmigración, según dijo.

Tampoco la discapacidad está bien atendida, prosiguió, “en parte porque la casuística es muy grande, y en parte también porque se ha hecho poco por investigar”.

A su juicio, solo la desigualdad asociada al género se ha abordado bien y se ha logrado corregir, hasta el punto de que ahora las alumnas presentan mejores resultados académicos en todos los niveles y son los niños quienes tienen más problemas.

FRACASO ESCOLAR

Fernández Enguita también lamentó las elevadas tasas de abandono y fracaso escolar en España, que “en cualquier otro país serían motivo de escándalo”. No hace ni diez años que se daba por normal que tres de cada diez alumnos fracasasen en la ESO y que casi cuatro de cada diez abandonasen nada más terminar, según afirmó.

En su opinión, estos índices indican mejor cómo funciona la educación en un país que los “famosos” informes PISA, sobre los que apuntó que “sí se deben tomar en serio, pero dándoles la importancia que merecen, no más”.

Explicó que en realidad, las diferencias de puntuación entre Estados son muy pequeñas, y declaró que si fuese empresario y tuviese que decidir dónde montar una compañía, atendería antes a los índices de abandono escolar de un país que a sus resultados en PISA.