Así aparece recogido en el último documento de la fundación que titula 'Desigualdad, Pobreza y Oportunidades', en el que advierte de que España se mantiene "en posiciones intermedias" en los índices que miden la desigualdad que, señalan, varían en función de si se toma como referencia la riqueza o la renta.

"Nadie que se muestre preocupado por la desigualdad y la pobreza en España debería oponerse a una revisión profunda de determinados elementos exóticos de nuestro sistema institucional que nos están impidiendo alcanzar los logros que nos hemos planteado como sociedad", apunta el texto.

A través del documento que firman Miguel Marín y Elisa Rodríguez, del área de Economía y Política Públicas de la fundación, FAES apuesta por poner en marcha "una profunda revisión" del modelo de Estado del bienestar en España para "revertir el deterioro de los niveles de desigualdad en nuestro país tras la crisis". Advierte de que está "entre los menos eficaces de Europa para reducir la desigualdad".

La Fundación avisa que “existe un riesgo" de que "interpretaciones sesgadas y exageradas" hagan que las políticas públicas "distraigan recursos de las verdaderas necesidades”. Pone como ejemplo que en las pasadas elecciones municipales, la hoy alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, afirmó que 25.563 niños "pasan hambre en Madrid".

Aseguran que esta declaración derivó en “la puesta en marcha" por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid de un programa de comedores escolares en verano, dotado con 4 millones de euros, que preveía dar de comer a 5.500 niños. "La realidad es que fue utilizado por 600 familias”, señalan para afirmar que “la desigualdad no es una buena aproximación estadística a la pobreza absoluta”.

REFORMA EDUCATIVA, FISCAL Y LABORAL

Para hacer frente a la desigualdad, FAES plantea que "resulta necesario llevar a cabo reformas que afecten al sistema educativo", "al sistema fiscal", "el mercado laboral" y "al propio sistema de bienestar".

El informa señala al empleo como "el factor más determinante de la distribución de la renta y la desigualdad” y subraya que “la caída de las tasas de empleo explica 6 de los 8 puntos del incremento experimentado durante la crisis por el Índice de Gini en España”.

En relación a la educación, FAES avisa de que la calidad del sistema español "dista de ser homologable a la de países con los que competimos" y lamenta que el nivel socioeconómico y cultural de los padres "influye de forma decisiva en las posibilidades educativas de sus hijos" y "por tanto, en su empleabilidad". "Quiebra la función de ascensor social consignada a la educación", avisa para defender una reforma.

El tercer factor de desequilibrio es un sistema fiscal que no cree orientado a la eficiencia y "cuya capacidad recaudatoria es insuficiente para financiar determinados niveles de gasto de forma sostenible”. Reclama, en este sentido, un modelo basado en “la eficiencia económica, la equidad horizontal y la sencillez" que evite "fuertes niveles de progresividad".

Por último, el documento recoge que “las principales transferencias sociales de índole monetaria" son las pensiones y los subsidios por desempleo y que dado que España ha mantenido tasas de desempleo "más altas" es "fácil comprender la gran divergencia distributiva de nuestro modelo de bienestar".

Aclara que para "una revisión completa" sería necesaria "una cuantificación" de las transferencias en especie, fundamentalmente sanidad y educación, de la que, apuntan desde FAES, "carecemos”.