Expertos alertan de que el ojo está indefenso frente a los efectos de la luz de las pantallas
- Las mujeres manifiestan el doble de sensibilidad ocular ante los dispositivos electrónicos, según un estudio de la UCM
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Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) revela por qué los ojos están indefensos ante la luz de alta energía que emiten las pantallas de los dispositivos electrónicos y sus causas. Como dato especialmente relevante, cabe destacar que los ojos de las mujeres sufren más con este tipo de dispositivos.
Tras un año de investigaciones, la UCM presentó el estudio este lunes en la sede de la agencia de noticias Servimedia. En él se señala que los sistemas de defensa ante la luz se “desactivan o adormecen” cuando se interactúa con el contenido o la información en las pantallas.
El estudio de la UCM contribuye a entender mejor el comportamiento del ojo con respecto a la recepción de información y contenido de las pantallas de los dispositivos.
Celia Sánchez-Ramos, autora del estudio, doctora en Medicina Preventiva y Salud Pública por la UCM y doctora en Ciencias de la Visión por la Universidad Europea, indicó en la presentación que la investigación trata de plantear hasta qué punto el contenido de una pantalla obliga a que “nos mantengamos más tiempo atendiéndola con independencia de las molestias que esto nos provoque”.
Según indican los responsables del estudio, “nuestros ojos no están preparados para defenderse de la luz. No nos damos cuenta de los efectos nocivos del exceso de luz e incluso no nos percatamos de algunos síntomas y signos mientras realizamos actividades frente a pantallas”.
FATIGA VISUAL
Las pruebas preliminares realizadas a un grupo de 26 hombres y mujeres, con edades comprendidas entre 21 y 50 años, analizaron los síntomas de fatiga visual segmentando la muestra en diferentes grupos de edad.
La fatiga visual se manifestó en todas las edades, siendo un interesante hallazgo conocer que se ve significativamente incrementada en los mayores de 35 años después del uso de pantallas de dispositivos durante alrededor de dos horas de trabajo/estudio.
Un 92% de los encuestados indicaron que sentían algún síntoma de fatiga en sus ojos de manera frecuente o constante, mientras que un 42% manifestaba padecer de uno a cinco síntomas, el 35% de seis a 10 síntomas y el 15%, más de 10 síntomas.
LAS MUJERES, MÁS SENSIBLES
Como dato relevante, cabe destacar que las mujeres manifiestan el doble de sensibilidad ocular a la luz de alta energía de las pantallas de los dispositivos electrónicos. De hecho, tras analizar las diferencias en el grado de fatiga visual en función del sexo, las mujeres expresan el doble de fatiga visual que los hombres (4,24/2,13).
A este respecto, Nilo García, experto en tecnologías relacionadas con el comportamiento humano, afirmó que esta capacidad superior de la mujer en la percepción de la molestia es “una ventaja para ellas, porque son capaces de protegerse”.
La doctora Sánchez-Ramos alertó además de que “hay un momento en el que el sistema no avisa, y es con los más jóvenes”. De hecho, durante la prueba un 17% de los jóvenes menores de 25 años manifestó no sentir ningún tipo de fatiga visual; es decir, su mecanismo natural de defensa no le alerta del riesgo ocular, fruto de la seducción que ejerce el contenido.
Por otro lado, se detectó, como cabía esperar, que la fatiga visual aumenta en función del tiempo de observación de la pantalla, incrementando las molestias hasta cuatro veces más desde el inicio hasta el final de la prueba (escala de 0 a 10/15 minutos de lectura en una pantalla).
Y también demostró el estudio, añadió Sánchez-Ramos, que “somos conscientes de las molestias solo por el hecho de que nos pregunten”.
RIESGOS OCULTOS
Estas pruebas preliminares indican que se deben tener en cuenta los riesgos ocultos del uso habitual de las pantallas de los dispositivos que pueden ser una amenaza para los ojos. “No tenemos sistemas naturales para defendernos”, argumentó García.
“Es por ello que queremos alertar a la población de la existencia de riesgos ocultos debido a la falta de activación de nuestros mecanismos fisiológicos de alarma ante los posibles daños visuales. Entran en conflicto dos procesos psicofisiológicos: por un lado, la necesidad de asimilar los contenidos de la pantalla y por otro lado la imprescindible protección del abuso de nuestros ojos. No debemos estar pasivos ante un fenómeno que no podemos obviar, ya que existen métodos y dispositivos de protección ocular dirigidos a niños, jóvenes y mayores”, señaló la doctora Celia Sánchez-Ramos.
Hay que analizar lo que sentimos para poder tomar medidas de protección, recomendó García, y “cada 20 minutos descansar 20 segundos mirando a otro lado”.
(SERVIMEDIA)
15 Feb 2016
NFS/caa