En el telegrama de pésame que envió a los familiares de Delibes, Zapatero cita la novela “Señora de rojo con fondo gris”, que el autor escribió tras la muerte de su esposa, para señalar que, con la misma pena que rezuma el libro, "el corazón de todos los españoles lamenta la desaparición de Miguel Delibes".

El presidente reconoce que Delibes "ha sido uno de los grandes, más allá del prestigio de los premios recibidos o de su labor como académico desde el inicio de nuestra reciente historia democrática", y añade que, "sin abandonar jamás el compromiso con la palabra precisa, que emana del respeto a la naturaleza y a los seres humanos, fue la voz austera de un país sumido en el silencio".

Zapatero cree que la "labor periodística" de Delibes "y su itinerario narrativo precedían, con inteligencia visionaria, los caminos que España tenía la obligación de crear asumiendo su memoria", y que lo hizo "alcanzando la más alta cima de la lengua española, que en su obra renacía desde el remoto origen del alma de un pueblo".

El presidente termina citando cuatro novelas concretas (“Cinco horas con Mario”, “Los santos inocentes”, “El hereje” y “El camino”) a las que define como "testimonios ineludibles de la lucha por la dignidad, el legado de un maestro".