Estos datos representa una disminución de la superficie afectada del 82,56 por cien con respecto a 1991, año en que ardieron 1.262 hectáreas, mientras que el número de incendios se ha reducido en un 78,25 por cien, pasando de 1.262 a los 220 de la actual campaña.

Cano valoró esta reducción como "muy positiva" y la atribuyó a la mayor participación ciudadana y la coordinación y efectividad de los equipos que luchan contra los incendios estivales, así como a las buenas condiciones climatológicas.

El consejero dio especil relevancia a los medios técnicos y humanos que han intervenido en esta campaña, destacando las tareas de vigilancia y la rápida respuesta ante los conatos de incendios, que "han sido igual en número que en los años anteriores, pero la eficiacia en la detección y el tiempo empleado han reducido los efectos del fuego".

Cano quiso de este modo quitar importancia a las buenas condiciones meteorológicas durante el verano, aunque "es indudable que el clima benévolo ha contribuido a la disminución de los icendios", debido a que las temperatura han sido más bajas y se han registrado lluvias que han impedido la total sequedad del pasto.

Asimismo, destacó la aportación de las campañas de la sequía, seguridad vial ("no arroje el cigarrillo por las ventanilla de su coche") y la del Infoma y la Agencia del Medio Ambiente (AMA), que han concienciado a los ciudadanos sobre la necesidad de tener más cuidado en las áreas forestales de ocio.

Según datos ofrecido por el consejero de Coordinación, la AMA desarolló una importante campaña de prevención, conservando 158 hectáreas de cortafuegos y reparando 38 kilómetros de pistas forestales, además de limpiar 80 hectáreas de arbustos de la parte alta de la cuenca del Manzanares.

Los datos aportados por el Instituto para Conservación de la Naturaleza (Icona) indican que la Comunidad de Madrid tiene el mayor índice de eficacia contra el fuego de todas las comunidades de España, con un 0,05 por cien de superficie afectada.