La organización publicó hoy el informe ‘Banks, arms and human rights violations’, en el que asegura que las normas y las políticas bancarias sobre la financiación del sector armamentístico son incompletas e insuficientes para frenar el comercio de armas.

El informe analizó las deficiencias de Luxemburgo a la hora de establecer normas, políticas y procedimientos destinados a frenar eficazmente el apoyo financiero a las actividades relacionadas con las armas.

El documento indica que Luxemburgo no ha prohibido expresamente todas las operaciones financieras relacionadas con armas prohibidas internacionalmente o armas convencionales empleadas para cometer crímenes y violaciones graves de derechos humanos. "Las únicas excepciones son las restricciones actividades de financiación relativas a las municiones de racimo y armas destinadas a actividades terroristas", dice AI.

Asimismo, Amnistía Internacional informó que la investigación muestra una falta de transparencia en las políticas y procedimientos del sector financiero sobre las actividades financieras relacionadas con las armas, ya que sólo dos de los siete bancos principales que operan en el país facilitaron a la organización una política pública sobre financiación e inversiones en el sector armamentístico.

Stan Brabant, director de Amnistía Internacional Luxemburgo declaró que el informe “ha revelado la ausencia de salvaguardias que impidan que los bancos financien armas prohibidas internacionalmente o armas empleadas para cometer violaciones graves de derechos humanos o crímenes de derecho internacional” y espera que provoque un debate para garantizar que “los bancos no sean cómplices de estas violaciones”