Durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, Zapatero respondió así a una pregunta del líder de la oposición, Mariano Rajoy, sobre la política exterior que España mantiene respecto a la dictadura de los hermanos Fidel y Raúl Castro en Cuba y el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela.

Rajoy exigió a Zapatero una reacción contundente a las críticas vertidas por Chávez contra la Audiencia Nacional y el sistema judicial español tras el auto del magistrado Velasco que relaciona a la banda terrorista ETA con Venezuela y las FARC colombianas.

A su juicio, los insultos de Chávez a la Justicia española y al anterior presidente del Gobierno constituyen una "reacción inadmisible" por la que se debería llamar a consultas al embajador venezolano y entregarle por escrito una "nota verbal" de protesta.

Rajoy calificó de "confusa y contradictoria" la posición que ha mantenido el Gobierno de Zapatero en la última semana sobre este asunto y despreció el comunicado conjunto emitido el sábado por España y Venezuela al entender que en él "no se explicaba nada" sobre el incidente diplomático.

Por su parte, el presidente del Gobierno aseguró que su estrategia contra ETA es "no dejar ni un solo espacio de apoyo y de comprensión a la actividad terrorista" y subrayó que su política ha logrado un gran respaldo internacional contra la banda que ha permitido que su nivel de apoyo "se ha ido reduciendo".

Zapatero defendió la posición de su gobierno respecto a Venezuela, al asegurar que la respuesta a Hugo Chávez se había producido "en los términos adecuados".

POSICIÓN CONSTRUCTIVA

Además, hizo un llamamiento al principal partido de la oposición a mantener una "posición constructiva" en este asunto y dar su "respaldo" al Gobierno español como corresponde a una "política de Estado".

Rajoy replicó que su posición es "constructiva", pero descartó apoyar por ahora al Ejecutivo dado que "algunos aspectos de su política exterior son incomprensibles", según dijo.

Asimismo, reclamó un mayor compromiso al Gobierno en la defensa de los derechos humanos en Cuba y, para ello, pidió que se invite a la disidencia a la fiesta del 12 de octubre en la embajada de La Habana, que se permita a Cruz Roja visitar las cárceles de la dictadura castrista, que desde España se exija la libertad de todos los presos políticos.

Zapatero se mostró convencido de "compartir la lucha por los derechos humanos" en Cuba con el PP por tratarse de una "lucha universal" y presumió de estar trabajando para "ser útiles" en la defensa de los presos políticos.