Según informaron fuentes jurídicas, la Sala de lo Penal del Supremo ha impuesto esta condena a este internauta tras revisar la sentencia que acordó la Audiencia Nacional, que le condenó a dos años de prisión.

La Audiencia entendió que el joven había cometido los delitos de enaltecimiento del terrorismo y de humillación a las víctimas, en los que habría incurrido por usar en Facebook y Twitter siete expresiones que suponían una vejación de las víctimas del terrorismo o que ensalzaban a presos de los Grapo. Los mensajes fueron colgados entre el 7 de junio de 2013 y el 1 de abril de 2014.

Sin embargo, el Supremo rebaja la condena inicial al concluir que son delictivas las frases contra Blanco y Ortega Lara, pero no las expresiones de exaltación de presos de los Grapo. Los jueces entienden que el joven mostró en este caso su sintonía ideológica con determinados presos, así como solidaridad con su situación de privación de libertad o camaradería nacida de vínculos ideológicos.

“ODIO Y DESPRECIO”

En este sentido, el Alto Tribunal considera que este joven incurrió en el delito de humillación a las víctimas del terrorismo, al haber incluido en su perfil de Facebook, en 2013, la expresión ‘Gora ETA. Libertad presos políticos, Miguel Ángel Blanco mejor muerto’.

Dos semanas más tarde, el 31 de enero de 2014, insertó otro mensaje con una foto a la que añadió que “el zulo de Ortega Lara tenía más metros cuadrados que donde viven muchísimos españoles”.

En relación con estos mensajes, la sentencia destaca que con esas expresiones se lanza un lacónico pero inequívoco y muy utilizado grito de aliento a una banda terrorista (“Viva ETA”) que se apostilla con sendos comentarios.

Para los magistrados, estos mensajes son “claras manifestaciones vejatorias, humillantes y hasta despiadadas para dos concretas víctimas de actos terroristas que adquirieron gran notoriedad pública por la generalizada solidaridad que despertaron en la ciudadanía.”

Para el Supremo, la expresión “Miguel Ángel Blanco, mejor muerto” concentra “tales dosis de odio y desprecio que ineludiblemente han de activar los mecanismos penales de tutela”. Añaden que no menos crueldad refleja el comentario adobado de cierto sarcasmo cínico sobre las dimensiones del zulo donde Ortega Lara estuvo recluido durante meses.