Al ser preguntado en el Pleno del Senado por el portavoz del PP, Pío García-Escudero, si mantenía su "estrategia complaciente" con países como Cuba y Venezuela que, a su juicio, "no respetan los derechos humanos", Zapatero contrapuso la supuesta actitud del PP a la del PSOE. "Cuando una autoridad venezolana critica a alguien de su partido como Aznar, quien primero sale a defenderle es el Gobierno", afirmó, para a continuación reprochar a su interlocutor: "Cuando hay una crítica a este Gobierno o su presidente, lo que ustedes hacen es criticar al Gobierno de España por lo que sucede en Venezuela".

"Cuando ustedes estaban en el Gobierno", prosiguió, "el PSOE siempre apoyó al Gobierno, aún con más firmeza en los asuntos internacionales" y en los encaminados a que "ETA tenga cada vez menos apoyo en todos los lugares del mundo". "Nosotros miramos siempre por el interés general, procuramos sentirnos uno como país y no dividir al país, y ustedes siempre ponen el interés partidista de corto alcance para tratar de dañar el Gobierno, nunca el interés general. Qué lastima, qué pena", concluyó.

Esta dura serie de reproches fue la consecuencia de una discusión entre Zapatero y García-Escudero sobre la política exterior del Gobierno. El presidente comenzó rechazando la apreciación, contenida en la pregunta, de que España mantiene una política complaciente con países que, según el PP, violan los derechos humanos. Aseguró que el Gobierno "defiende los derechos humanos en todos y cada uno de los países donde existen problemas serios de respeto" a ellos, y se ratificó señalando: "Es la política exterior en la que creemos; la de los hechos, la de las realidades, no la de campanario" y "sacar pecho", que insinuó que encarnaría el PP.

García-Escudero contraatacó con una larga intervención en la que reprochó a Zapatero que no mencionara la muerte del disidente cubano Orlando Zapata en la "costosísima" sala de los Derechos Humanos de la ONU, y afirmó que esta actitud "es el reflejo de su política exterior", según el portavoz popular "siempre complaciente hasta con las dictaduras". De acuerdo con la interpretación de García-Escudero, "su problema es que también en política exterior su ideología le nubla el entendimiento", cuando "no hay ideología que valga" y con países como Cuba "no se pueden tener esas contemplaciones"

VENEZUELA

Luego siguió con Venezuela, calificando a su presidente, Hugo Chávez, como "un parásito de la democracia", que, en su opinión, la ha "utilizado" para acabar con la separación de poderes y la libertad expresión y ahora "hay serios indicios" de su colaboración con ETA y "ha suprimido pensiones que corresponden a 3.000 españoles".

Ante estas circunstancias, García-Escudero dijo no poder entender que no se haya convocado al embajador venezolano, y tachó de "indignos" los "balbuceos" que, a su entender, pronunció el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al explicar las conversaciones con Chávez, "donde parece que le ha pedido perdón" por el auto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que apuntaba la citada colaboración con ETA.

Por ello y por los subsiguientes "insultos" al ex presidente del Gobierno José María Aznar y al juez Velasco, el portavoz del PP acusó: "Es infamante que se hayan vuelto a plegar a Chávez con una declaración conjunta en la que parece que la culpa es de los jueces, los policía y los medios de comunicación españoles". García-Escudero concluyó con una pregunta que ya formuló a Zapatero hace cuatro años: "¿Por qué esa obsesión por mantener una imagen tan acomplejada y humillante en política exterior?"

Zapatero defendió su decisión de hablar de la muerte de Zapata, no en la ONU, sino en el Congreso "ante los representantes de todos los parlamentos de la UE" e insistió en reivindicar su política exterior, que calificó de "coherente y de convicciones", precisando que las mismas son "en contra de las guerras ilegítimas, frente a la violación de os derechos humanos en cualquier sitio, para acabar con sitios como Guantánamo comprometiendo la responsabilidad de nuestro país y por los derechos humanos en Cuba"; una política, reiteró, "coherente y eficaz".

Frente a esta supuesta eficacia, el presidente espetó al PP: "Si ustedes tuvieron encuentros con las autoridades cubanas, fueron poco eficaces" en cuanto a conseguir liberaciones de presos de conciencia. "Nosotros", continuó, "con nuestra política de exigencia hemos conseguido que un número importante de personas que estaban en prisiones cubanas" hayan salido de las mismas y "puedan mantener una actitud útil y práctica en favor de los derechos humanos". Todo ello, afirmó, "sin utilizar políticamente un tema que afecta a los intereses generales de nuestro país, que están también en Cuba y Venezuela".