El sindicato indicó en un comunicado que tres horas después del anuncio del fin del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el grupo hizo nuevas ofertas de trabajo que “implican contratos eventuales y una reducción sustancial de las condiciones de trabajo”.

En 2013, indica UGT, la empresa pública Tragsatec inició un ERE para despedir a 803 trabajadores. Acabado el periodo de consultas sin acuerdo, comunicó a la autoridad laboral su intención de despedir a 610 empleados sin ningún tipo de medida de acompañamiento. En Tragsa comunicó que realizaría 726 despidos.

Los despidos se han concentrado principalmente en Extremadura, Andalucía y Madrid, aunque han afectado a 15 comunidades autónomas, y la indemnización ha sido según el sindicato la mínima legal: 20 días por año trabajado.

UGT indica en la nota que a lo largo de 2015 se han formalizado varios cientos de contratos eventuales de trabajadores de perfil exacto que el de los empleados despedidos, mientras que los despidos han sido de personal indefinido.

El sindicato califica además de “escandalosa” la tónica general en los despidos, ya que, asegura, la empresa “recomienda” a los despedidos que no denuncien la improcedencia, “porque si no, va a ser muy difícil volver a llamarles”, mientras les asegura que “se espera poder volver a contar contigo en muy poco tiempo”.

FeS-UGT califica estos despidos de “vergonzosos e innecesarios” y exige al Ministerio de Agricultura la “destitución inmediata” del residente del Grupo Tragsa por su “caótica gestión de tan importante empresa, así como la inmediata reversión del mismo y la readmisión de todos los trabajadores”.