Infancia Misionera española contribuyó con 2,7 millones de euros en 2015 a 385 proyectos

MADRID
SERVIMEDIA

El director de Obras Misionales Pontificias (OMP), Anastasio Gil, subrayó que la solidaridad mutua entre los niños y la atención a sus necesidades espirituales son las dos singularidades de esta entidad presente en 130 países. España contribuyó en 2015 con 2,7 millones de euros, con los que se pudo ayudar a 385 proyectos en 37 países.

Estos datos fueron fueron expuestos este jueves durante la presentación de Jornada de Infancia Misionera que tuvo lugar en Madrid. El Fondo Universal de Solidaridad administrado por OMP, en el que se reciben aportaciones de los niños de todo el mundo, contribuyó el año pasado a la realización de 2.699 proyectos destinados a la infancia en todo el mundo.

Gracias a esas aportaciones resulta más eficaz la labor de misioneros como Mark Desser, un exingeniero de General Motors, que cambió su vocación por la de ser misionero y trabajar entre los musulmanes de Yibuti. Para el sacerdote, la educación es la principal tarea de la iglesia católica, minoritaria en este pequeño país africano donde los católicos sólo son el 0,6% de la población.

Desser, que es vicario general del citado país africano, trabaja en una de las escuelas de la Iglesia acreditadas por el estado, algunas de ellas dedicadas "a los más pobres y vulnerables, a los que no tienen papeles o no pueden ingresar en la escuela pública por diversas razones".

Durante su intervención recordó que sin la ayuda de la Infancia Misionera, estas escuelas no podrían sobrevivir. "No somos autosuficientes", dijo. Los subsidios sirven para pagar el sueldo de los profesores o comprar material escolar, pero también para jugar, algo "esencial en la vida del pequeño", según el vicario, que se siente “padre” de los 71 niños a los que atiende en su centro.

Por sus instalaciones han pasado algunos de los principales dirigentes del país, como el actual presidente. Sabedor de que "los jóvenes de hoy son los responsables del futuro", cree que su principal misión es "abrir los jóvenes a Dios y a los demás, tal como son", faceta en la que también entra sentirse “cura de los musulmanes”, muchos de los cuales estudian en estas escuelas cristianas con una relación cordial.

Además de la labor educativa, "esencial para la paz", la Iglesia de Yibuti, con el obispo Giorgio Bertin al frente, trabajan por los refugiados. De hecho han abierto un campamento en este país para que los niños tuvieran un "oasis de normalidad".

La jornada, impulsada por Obras Misionales Pontificias (OMP), se celebrará en España el domingo 24 de enero.

(SERVIMEDIA)
14 Ene 2016
AHP/gja