Baños justificó su decisión con un escrito en el que admite que la decisión adoptada por la CUP es "discrepante con las ideas y objetivos" por los que él se presentó a las elecciones del 27 de septiembre, y que concreta después "que esta legislatura fuese la de la ruptura irreversible con el Estado español" y que "la construcción de la República se hiciese desde un proceso constituyente popular y social".

El exdiputado de la CUP continúa que, "conseguida la mayoría independentista", él entendió que "el mandato explícito del país era iniciar, sin dilaciones ni dudas, la ruptura con el Estado español". En realidad, Baños reconoció la noche electoral que no se había logrado la mayoría del 55% que la CUP había fijado como requisito para la secesión.

Para proceder a tal ruptura, dice que él se encontraba "entre los partidarios de aceptar la propuesta de acuerdo de Junts pel Sí y votar la investidura de su candidato", y, como "es evidente" que no lo ha "podido" o "sabido" cumplir, se marcha "con un sentimiento de frustración personal muy vivo" que no puede "disimular".

Baños termina reiterando su convicción de que la república catalana "es el único camino para conseguir la transformación social del país", por lo cual, ante las elecciones anticipadas, llama al "reforzamiento de la base social del independentismo" como tarea de la que él no se desligará.