Según informó este miércoles la Policía, los agentes llevaron a cabo cinco registros, cuatro de ellos en locales de venta de accesorios y reparación de terminales de telefonía y el quinto en un garaje donde se desmanteló el taller en el que se ensamblaban las pantallas.

En ese taller se encontraron 22 máquinas, moldes, soportes y planchas metálicas, además del material necesario para la fabricación de pantallas a partir de materiales falsos importados desde China.

Las investigaciones se iniciaron en el mes de septiembre tras detectarse la presencia de pantallas falsificadas de una importante marca de teléfonos móviles. Estas piezas falsas se comercializaban en un establecimiento abierto al público en el barrio madrileño de Usera.

A partir de estas informaciones, se desarrollaron diferentes pesquisas que condujeron a los investigadores hasta un garaje situado en las inmediaciones del local donde se distribuían las falsificaciones. Hasta ese lugar se acercaban ciudadanos de nacionalidad china de forma constante para adquirir material que luego trasladaban a tiendas de venta de accesorios y reparación de terminales de telefonía, la mayoría ubicadas en el mismo distrito de la capital.

Una vez comprobado este trasiego se investigó a las personas que frecuentaban el garaje y al propietario del mismo, con el objetivo de obtener nuevos indicios que confirmaran que estaban desarrollando una actividad ilícita.

Una vez obtenida información suficiente se llevó a cabo un dispositivo durante el que fueron registrados cuatro locales comerciales y el punto de distribución de las pantallas. Tras comprobar la existencia de material falsificado, se detuvo a siete personas de nacionalidad china como presuntas responsables de delitos contra la propiedad industrial.