Así lo recoge un documento publicado hoy por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), donde defiende la necesidad de reducir la tasa de sustitución de las pensiones, que en España es la segunda más elevada de la OCDE, sólo por detrás de Grecia.

En la actualidad, la pensión media en España supone el 80% del último sueldo percibido por el jubilado cuando estaba en activo, una cantidad que, según los expertos, debe “necesariamente” reducirse para que el Sistema sea sostenible en el futuro.

No obstante, los economistas alegan que esta reducción no supondrá una rebaja de la cuantía de los salarios reales, ya que consideran que los salarios reales, es decir, sin tener en cuenta la inflación, crecerán durante los próximos años.

“La reforma no tiene por qué reducir la cuantía de las pensiones si la economía y los salarios crecen”, aseguran los expertos. “Lo que no es posible es mantener la actual tasa de sustitución que supone que la pensión media sea el 80% del salario final, una de las más altas de los países de la OCDE”, añade el documento.

Así lo defendieron el académico de la London School of Economics and Political Science Luis Garicano, y el experto de Multa Paucis César Molinas, en la presentación en rueda de prensa del informe.

En su opinión, los salarios reales seguirán aumentando siempre que el crecimiento global de la economía sea positivo, y advirtieron de que, lo contrario, “sería una catástrofe”.

Asimismo, reseñaron que dichos cambios “no afectarían” ni a los jubilados ni a aquellas personas que fueran a retirarse en los próximos años, ya que “sería un cambio gradual”.

Los firmantes defienden que la reforma de las pensiones es “necesaria” e “inevitable”, además de por el envejecimiento de la población, por la equidad.

En este sentido, subrayaron que para mantener este principio de equidad es necesario ampliar el periodo de cálculo de la pensión. “Utilizar como cálculo para la cuantía de las futuras pensiones los últimos 15 años de vida laboral rompe el principio de equidad”, aseguran.

COMISIÓN DE EXPERTOS

Este análisis expone asimismo la necesidad de crear una comisión de expertos independientes que elabore un Libro Blanco para la reforma de las pensiones.

Además, sostiene que las conclusiones que alcance dicho comité deberían ser asumidas por la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, que debería “comprometerse” a impulsar estas medidas.

Según los economistas, esta comisión “no ha propuesto reformas concretas que puedan resolver los problemas demográficos”, por lo que consideran que “ha cumplido un ciclo” y es necesario darle “un nuevo impulso” a la reforma.

Garicano incidió también en que la reforma debe ser “global” y “complementaria” a la reforma laboral. En ese sentido, aprovechó para criticar a quienes defienden que el empleo juvenil es menor en los países con tasas más altas de actividad entre la población mayor. “Es una falacia”, afirmó.

Dentro del decálogo, Garicano reseñó que no hay que repetir fallos del pasado. “El error es que la discusión se politiza”, dijo, y citó como ejemplo, la actitud del Gobierno, “valiente” al proponer el debate, pero “titubeante” tras la contestación social.

Aunque ambos economistas incidieron en que el documento “no contenía recetas concretas”, Molinas señaló que “habrá que aumentar” la edad efectiva de jubilación en “un mínimo de tres o cuatro años” y se mostró favorable a prolongar el periodo de cálculo de la pensión, para “evitar situaciones de chollo”.

Asimismo, dejó claro que el retraso de la edad de jubilación sería “una vía de ahorro importante para el sistema de la Seguridad Social”.

Ante posibles críticas, Molinas subrayó que “no proponemos ninguna revolución del sistema”, sino que “apostamos claramente por la preservación del actual Sistema de pensiones públicas” ya que es una de “las mayores conquistas sociales que ha habido en España”.

También señaló que las pensiones privadas son “un sistema complementario” y que una reforma global implicaría actuar en los dos pilares, tanto el público como el privado.

Con el propósito de relanzar el debate, Garicano comentó que “no hay nadie que no comparta el diagnóstico” tras haber hablado “informalmente con mucha gente de los dos lados”, en referencia al PSOE y el PP.