La joven, de 23 años, estuvo durante casi tres meses con agujeros en las mamas, por los que asomaban las prótesis de silicona, pese a lo cual se limitaron a curarla con Betadine, diciéndole que todo se solucionaría. Al cabo de los tres meses, el 13 de julio de 2005, le retiraron las prótesis infectadas.

La sentencia considera que "el error estuvo en dejarle puestas unas prótesis infectadas durante tres meses en lugar de una rápida retirada”.

En el fallo judicial se destacan también las deficiencias en el consentimiento informado y se incide en la desaparición de la historia clínica de la paciente y la mala praxis en el tiempo que se tardó en retirar las prótesis de silicona.

Por todo ello, la mercantil que gestiona el centro de estética ha sido condenada al pago a la víctima de 23.393 euros más los intereses.