Lo dijo al llegar a la sede federal de Izquierda Unida para seguir el escrutinio junto a su equipo más cercano de colaboradores y a su pareja, Anna, con la que se dejó ver ante los medios de comunicación que le esperaban.

Aseguró que su sensación es "muy buena" y mantiene la "alegría" con la que finalizó una campaña "muy intensa" y vivida con "mucha emoción".

Su objetivo es garantizar un grupo parlamentario "fuerte, cohesionado, de izquierdas", que pueda ser "determinante" en un Parlamento que se prevé el más fragmentado desde 1978. Se han acabado las mayorías absolutas, subrayó, y habrá que debatir y acordar cada proyecto.

Sin embargo, subrayó que el escenario es "muy volátil", la participación le ha sorprendido porque la esperaba "mucho más alta", y por ello se mostró partidario de aguardar "con cautela" los resultados definitivos.

Garzón quiso agradecer la entrega de los militantes y simpatizantes que se han involucrado en la campaña electoral y quienes en la jornada de votaciones han ejercicio como apoderados e interventores.