El cambio climático obliga a los árboles a expandirse por zonas altas, pero crecen más a menor altura

MADRID
SERVIMEDIA

Las áreas boscosas tienen un mecanismo de compensación debido al cambio climático por el que surgen nuevos ejemplares en lugares de mayor altitud, pero los ya establecidos en zonas bajas crecen más, según un estudio realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y publicado en ‘Perspectives in Plan Ecology, Evolution and Systematics’.

El estudio se ha centrado en medir el impacto del cambio climático en ejemplares de árboles juveniles (de entre dos y cinco años) bien establecidos y con posibilidad de llegar a adultos en áreas mediterráneas de montaña, concretamente tres especies cuyo límite de distribución se encuentra en estas regiones (pino silvestre, pino negro y haya común) y dos propiamente mediterráneas (encina y pino laricio), según informó este jueves el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

“Lo que hemos hecho ha sido analizar los patrones de distribución comprobando la abundancia y midiendo el crecimiento de estos ejemplares juveniles de 306 puntos distribuidos en diversos rangos de altitud en nueve regiones montañosas previendo que ante el calentamiento global las especies tienden a elevar su rango de distribución buscando áreas más frescas”, contextualiza Fernando Valladares, investigador del MNCN.

Pese a las diferencias notables entre las especies estudiadas, los investigadores han detectado un patrón de comportamiento similar en la aparición de nuevos ejemplares.

En este sentido, Valladares indica que se produce “un reemplazo asimétrico de las áreas boscosas” porque “aparecen más ejemplares en las zonas algo más elevadas del área de distribución de cada especie, pero el crecimiento de los nuevos ejemplares es mayor a menor altura”.

“Se trata de una compensación entre la supervivencia y el reemplazo con nuevos ejemplares. Podría ser una forma de contrarrestar en parte el efecto negativo que provoca el calentamiento global en los límites del área de distribución de las diferentes especies”, continúa.

El cambio climático altera la distribución geográfica de las especies en todos los ecosistemas del planeta. En función de la climatología y las barreras que encuentran, las especies se redistribuyen por zonas donde consiguen sobrevivir, pero se desconoce hacia dónde se mueven exactamente y la magnitud de este cambio en su distribución real.

“Nuestros resultados destacan la importancia de considerar las diferentes respuestas de una misma especie en cada edad o fase demográfica (juvenil, adulto y senescente) a lo largo del rango climático de su distribución para entender los efectos que el cambio climático podría ejercer en la distribución de especies y las dinámicas de las poblaciones”, concluye Valladares.

(SERVIMEDIA)
17 Dic 2015
MGR/gja