(REPORTAJE)
El voto de los ‘sin techo’
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En España hay, según las estimaciones de distintas entidades sociales, 40.000 personas sin hogar que si pudieran ejercer el derecho al voto supondrían algo más del 0,1% del censo electoral para los comicios del próximo domingo. Sin embargo, al carecer de un domicilio no están empadronados y, por lo tanto, no constan en el censo electoral, que es la llave para poder votar.
Un total de 36.510.952 españoles están llamados a votar el próximo domingo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Uno de esos electores es Costelo, que se estrena como votante tras cerca de nueve años viviendo en un coche, después de que rompiera con su pareja y se quedara sin domicilio. “Vivía en un coche y no tenía derecho a votar”, explica, pese a disponer de nacionalidad española, ya que no estaba empadronado.
El 20 de diciembre podrá votar gracias a un ‘piso de autonomía’ que le adjudicó hace 11 meses RAIS Fundación, organización que trabaja para ayudar a las personas sin hogar.
“El debate entre Rajoy y Sánchez me pareció una chorrada”, criticó Costelo, quien, según confiesa Mamen, trabajadora social de RAIS, poco antes estaba exhibiendo “súper ilusionado” su tarjeta censal, recién llegada al buzón del ‘piso de autonomía’. “Yo veo más a Rajoy que a Sánchez”, dice Costelo, aunque reconoce que “para ganar las elecciones te prometen el cielo en dos minutos, luego llegan a su despacho y cambia bastante la cosa”.
Ahora puede votar y se preocupa por la actualidad política, pero revela que, hasta hace nada, “viviendo en un coche no me dejaba la cabeza pensando en unas elecciones”.
En este sentido, opina sobre el resto de personas sin hogar que no están en el censo que no cree que quieran votar, ya que en esa situación solo “se piensa en aguantar” y en cubrir las necesidades básicas.
Mamen explica que, en general, las personas de los pisos de autonomía sí están implicadas en la política y “quieren ejercer un derecho que les ha estado limitado en muchos tiempos de su vida por el padrón”, a diferencia de aquellos que no disponen de un domicilio formal dado que, al margen de no estar empadronados, se limitan a “no pensar”.
Noemí García, gerente de alojamientos en Madrid de RAIS Fundación, explica que el hecho de que muchas personas sin hogar no dispongan de un sitio estable donde recibir correspondencia o inscribirse en el padrón “no quita que no tengan una idea política o no expresen sus convicciones”.
De hecho, García destaca la existencia de un taller de actualidad que organizan desde RAIS, donde los ‘sin techo’ hablan “de lo que hablamos todos”. Y es que, a diferencia de lo que muchos puedan pensar “no están descontextualizados”. Les preocupa que las calles estén limpias, el acceso a la sanidad y a los servicios básicos e incluso “el tráfico o la contaminación”, subraya esta trabajadora. “Lo mismo que al resto de los ciudadanos”, añade.
Por su parte, Lucas lleva cuatro años en España y se maneja considerablemente bien con el castellano. En Rumanía se formó durante tres años como pintor, llegando a hacer trabajos para grandes teatros y para la ópera de Bucarest. Hoy es una persona sin techo y no tiene la nacionalidad española, pero cuenta con una opinión bastante formada sobre la política y realidad de España, lo que le hace adoptar una postura bastante crítica: “Veo mucho español que come de la basura”.
Declara que cada noche observa desde su esquina de la Plaza República del Ecuador (una zona de clase media-alta) cómo una mujer sale del portal de un bloque de apartamentos para buscar comida en la basura. “Se esconden”, dice, pero lo hacen. Asegura que “gente que tiene casa, mujer e hijos recoge comida”. Y es que desde su posición actúa como un observador omnisciente, del que nadie se esconde y ante el que actúan sintiéndose en privacidad. Pero él lo ve. Y lo interpreta. “¿Cómo puede gente mayor comer de la basura? El país está muy mal”.
Sin embargo, reconoce que desconocía la existencia de unas elecciones generales este domingo aunque "hevisto los carteles”. En este sentido, asegura que “Rajoy no me molesta”, pero le gustaría un gobierno “de izquierdas” y “socialdemócrata”. Controla mucho más la política de Rumanía, que sigue a distancia a través de lo que le cuentan algunos compatriotas, también de ‘la calle’.
Asegura que en Rumanía la derecha “ha vendido el país” y defiende un cambio en las políticas del actual presidente rumano, el conservador Klaus Iohannis.
Costelo afirma que para esta próxima legislatura le gustaría “un partido que pensara en los trabajadores y en lo social”, mientras que Lucas pide que consideren también en sus políticas al colectivo de las personas sin hogar, de quienes dice que sólo reciben ayuda de las ONG y de algunas iglesias.
(SERVIMEDIA)
17 Dic 2015
GIC/gja/man