La Cumbre del Clima presenta hoy el borrador final del Acuerdo de París

- La diferenciación entre países ricos y pobres, uno de los escollos principales

PARÍS
SERVIMEDIA

El presidente de la Cumbre del Clima, Laurent Fabius, tiene previsto presentar a las 11.30 horas de este sábado el texto final del Acuerdo de París, que se convertirá en el primer pacto universal contra el cambio climático después de que sea adoptado por las 196 partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (195 países y la UE).

Fabius señaló este viernes en dos comparecencias ante la prensa que el acuerdo se haría público a las 9.00 horas, pero el Comité de París ha retrasado este trámite después de impulsar reuniones con el método ‘indaba’ (es como los pueblos zulús resuelven sus problemas comunes, con reuniones de grupos en los que todos tienen voz para aportar soluciones) durante todo el día de ayer.

A pesar de que el borrador del acuerdo estaba bastante ‘limpio’, con apenas 48 corchetes de opciones a escoger repartidos en 27 páginas, tres aspectos mantenían encallado el consenso y obligaron a la presidencia francesa de la Cumbre del Clima a posponer la presentación del documento a este sábado, un día más tarde de lo previsto.

Las divergencias se centraban en la ambición en la reducción de emisiones contaminantes, la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo, y la financiación que las naciones ricas deben aportar a las más vulnerables al cambio climático.

No obstante, Fabius señaló que presentará hoy “el texto más ambicioso y equilibrado posible”, y que “nunca” habrá “un momento tan favorable” para lograr un acuerdo mundial contra el cambio climático. “Todas las condiciones están maduras para un acuerdo universal y ambicioso”, aseguró.

HASTA 2ºC DE AUMENTO DE TEMPERATURA

La penúltima versión del texto, recogida por Servimedia, abarca 27 páginas (una introductoria, 12 de proyecto de acuerdo y 16 de proyecto de decisión que acompaña al acuerdo), consta de 18.815 palabras y mantiene 48 corchetes con opciones abiertas para negociar.

En el apartado de ambición, el documento fija como finalidad “mantener el aumento de la temperatura media global a muy por debajo de 2ºC sobre los niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a 1,5ºC”, lo que “reduciría significativamente los riesgos e impactos del cambio climático”.

Para ello, el borrador mantiene la fórmula de “responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas”, es decir, los países desarrollados deben hacer más esfuerzos en combatir el calentamiento global por sus emisiones históricas y apoyar a las naciones en desarrollo con financiación y transferencia de tecnología y de capacidades.

Esta diferenciación de los países está ligada con la financiación, uno de los aspectos más espinosos de las negociaciones, si bien todo parece indicar que los países desarrollados deberán aportar un mínimo de 100.000 millones de dólares (91.400 millones de euros) al año a partir de 2020 para que las naciones más vulnerables se adapten al cambio climático.

Sin embargo, fuentes de la delegación española señalaron que los países emergentes, como China (responsable del 24% de las emisiones de gases contaminantes) e India (expulsa un 6% de las emisiones), se resistían a pagar la factura climática y entrar en el grupo de las naciones desarrolladas porque entendían que históricamente no son responsables del cambio climático.

“NEUTRALIDAD” DE EMISIONES

Respecto a la mitigación, los países alcanzarían el pico de emisiones de gases de efecto invernadero “tan pronto como sea posible” para llegar a la “neutralidad” (no expulsar más gases contaminantes de los que el planeta puede absorber) en la segunda mitad del siglo sobre la base de la ciencia y en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, de manera que el penúltimo texto renuncia a establecer porcentajes de reducción de emisiones en 2050 y a la descarbonización de la economía, lo que supondría 'olvidar' los combustibles fósiles.

El proyecto de acuerdo pospone a 2023 la primera revisión de las contribuciones climáticas de los países, que se harían cada cinco años, a pesar de que China intentó bloquear este aspecto porque no quería comprometerse hasta 2030, año en el que ha prometido que alcanzará su pico de emisiones.

No obstante, el proyecto de decisión que acompaña al acuerdo invita al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) a elaborar en 2018 un documento técnico sobre los impactos del calentamiento global del incremento de 1,5ºC sobre los niveles preindustriales, y convoca a un grupo de trabajo para que haga un balance de los esfuerzos colectivos de los países en 2019.

Por lo demás, el Acuerdo de París se encamina a que los compromisos nacionales de reducción de emisiones de gases contaminantes no sean jurídicamente vinculantes, lo que permite a Estados Unidos no tener que someter el texto en el Senado, donde la mayoría republicana lo rechazaría, y recoge una fórmula más discreta, en el sentido de que cada país “deberá preparar, comunicar y mantener” sucesivos planes climáticos y tomará las medidas nacionales necesarias para ello, y que cada compromiso posterior debe reflejar “la mayor ambición posible”.

(SERVIMEDIA)
12 Dic 2015
MGR/man/pai