Zerbouti permanecerá en prisión hasta que acredite con documentos que realmente reside en un domicilio de Elche, tal y como ha alegado ante el tribunal. Se prevé que aporte los citados documentos mañana y el tribunal decidirá en consecuencia.

El acusado se encontraba en busca y captura desde el pasado mes de octubre, cuando dejó de cumplir con la obligación que le impuso la Audiencia Nacional de presentarse semanalmente en los juzgados más próximos a su domicilio, en este caso en Alicante, después de que su abogado renunciara a ejercer su defensa. El acusado aseguró ante el tribunal que su intención no era huir de la justicia sino que simplemente se mudó de Alicante a Elche.

Su comparecencia por sorpresa en la vista oral que comenzaba hoy obligó al tribunal, presidido por la jueza Ángela Murillo, a suspender el juicio debido a que Zerbouti no vino acompañado de abogado. Hubo que esperar a que el Colegio de Abogados de Madrid enviase a un letrado de oficio para celebrar la vistilla en la que se decidió el ingreso en prisión preventiva del acusado.

La fiscal encargada del caso, Blanca Rodríguez, aseguró que el ingreso de Zerbouti en prisión es necesario para asegurar su comparecencia en la nueva vista oral, todavía pendiente de fijar. “No ha respondido a los llamamientos del tribunal y ha causado un grave daño a la Administración de Justicia”, dijo la fiscal.

En la vista oral que se iba a iniciar hoy se iban a sentar junto a Zerbouti en el banquillo de los acusados Said Bouchema, Khaled Bakel, Lyes Sihamida y Soufine Sadji.

CÉLULA ISLAMISTA

La fiscal encargada del caso, Blanca Rodríguez, les acusa de un delito de colaboración con organización terrorista. Iba a solicitar siete años de cárcel para Zerbouti y Khaled Bakel, ocho años para Said Bouchema, 15 años para Soufiane Sadji y 16 años y medio para Lyes Sihamida.

Según el escrito de calificación de Rodríguez, Bouchema, el presunto líder del grupo, creó en Alicante en torno al año 1999 una célula de apoyo al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate que opera en Argelia.

En el marco de esta organización, Bouchema canalizó por un lado el envío a Argelia de “gran cantidad de objetos robados, documentos falsificados” y, por otro, se dedicó a captar a jóvenes refugiados argelinos.

BÚSQUEDA DE EXPLOSIVOS

De esta forma, Bouchema captó para su célula terrorista a los acusados Khaled Bakel, Lyes Sihamida, Salim Zerbouti y Soufine Sadji. A partir de finales de 2004, el grupo comenzó a recabar materiales para la fabricación de artefactos explosivos con el objetivo de poder cometer atentados, según el escrito de la fiscal Rodríguez.

El acusado Bakel contactó en diciembre de 2004 con una persona que residía en Granada –y que declarará en la causa como testigo protegido- al que ofreció hachís a cambio de explosivo Goma 2 o armas.

En una cita que mantuvieron en Alicante el 7 de febrero de 2005, Bakel le comunicó al testigo protegido “que tenía 100 kilos de explosivos pero que necesitaban más porque iban a hacer ‘trabajo’ en El Corte Inglés de Princesa”.

A pesar de las numerosas reuniones mantenidas, los acusados no llegaron a un acuerdo a través de sus gestiones en Granada, por lo que decidieron iniciar nuevos contactos y exploraron la posibilidad de obtener un material que denominan “mercurio rojo”. El grupo llegó a contactar para conseguir esta sustancia con un argelino identificado como Mustapha que residía en Dinamarca.

El 23 de noviembre de 2005 los cinco acusados fueron detenidos por el Grupo de Información Exterior de la Guardia Civil. En sus domicilios, los agentes encontraron multitud de objetos robados, libros de carácter yihadista, documentación falsa recibos de envíos de dinero a Argelia e, incluso, una máquina lectora de tarjetas magnéticas.