La Fiscalía procede contra estos dos hermanos. El primero de ellos, Federico Álvaro, fue administrador de Grupo Dreams Cinema S.L., la empresa que explotaba, a través de otras dos sociedades, varias salas de cine en Madrid, entre ellas, las del Centro Comercial Palacio de Hielo. José Luis también fue administrador de la sociedad durante un periodo.

En los hechos probados que relata el fiscal consta que el 27 de julio de 2001, Federico Álvaro, faltando “conscientemente a su deber de lealtad” hacia la empresa Grupo Dreams Cinema S.L., se concertó con su hermano José Luis, administrador único a su vez de la sociedad Equidosa, para suscribir un contrato por el que esta última sociedad arrendaba las quince salas en el Palacio de Hielo.

Ese contrato se suscribió en perjuicio de la sociedad que él mismo administraba ya que el acuerdo legal se articulaba sobre dos contratos diferentes: uno, sobre las salas de cine, y otro sobre las taquillas.

ARRIENDOS "EN BRUTO"

Los locales destinados al cine se arrendaron “en bruto” y corrían a costa de la empresa arrendataria los costes de las obras de acondicionamiento y dotación de mobiliario, entre otras.

El Ministerio Público estima, además, que la renta fijada era excesiva según las condiciones del mercado en ese momento porque se pactó que Equidosa recibiera la mitad de los ingresos, otorgándola así un beneficio económico en perjuicio de la sociedad que Federico Álvaro administraba.

Pero el acusado omitió el pago de las rentas pactadas y se allanó el desahucio incoado por Equidosa, sin informar a la Junta de Socios. Equidosa pudo así recuperar la posesión de las salas de cine, ya plenamente dotadas y en funcionamiento. De esta manera, durante los años 2004 y 2006, los acusados dispusieron en beneficio particular de bienes y fondos propios del grupo empresarial.

INGENIERÍA FINANCIERA

El mecanismo de ingeniería financiera que crearon los dos hermanos, explica el fiscal, contaba con la circulación injustificada de fondos y bienes patrimoniales entre otras sociedades filiales de la matriz (Grupo Dreams Cinema S.L.), anotaciones contables simuladas en 2004 y 2005 y la ausencia de contabilidad en 2005, con el fin de simular una situación de insolvencia irreal del grupo empresarial.

Como consecuencia de estas irregularidades, el grupo llegó a acumular un agujero económico de 3.750.000 euros del que se benefició directamente Federico por medio de imputar al grupo que administraba en concepto de "trabajos realizados por otras empresas" sin que se haya justificado la existencia de dichos trabajos. Finalmente, el Grupo Dreams Cinema S. L. fue declarado en concurso de acreedores necesario y culpable el 11 de diciembre de 2006.