Marina propone un 'MIR para profesores' y siete años de formación

MADRID
SERVIMEDIA

El borrador del Libro Blanco de la Función Docente no Universitaria, que el filósofo y pedagogo José Antonio Marina entregó este lunes al Ministerio de Educación, propone aumentar a siete los años de formación del profesorado e incluir en ésta la superación de dos años de prácticas remuneradas y un examen nacional de acceso para ingresar en la especialidad.

La inspiración es el modelo de examen y residencia que siguen los licenciados en Medicina, el conocido MIR, y que PSOE, ciudadanos y PP proponen, con algunos matices, en sus programas electorales para los comicios generales del 20 de diciembre.

Encargado por el nuevo ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, en el texto de Marina se afirma que la propuesta no pretende ni “ser un esbozo de una nueva ley de educación” ni siquiera convertirse en el futuro Estatuto docente.

Sí busca aportar propuestas (un total de 20) para que, a partir de ellas, la comunidad educativa empiece a debatir y negociar dicho estatuto.

Junto a Marina, han participado en la elaboración del texto la pedagoga Inés Pellicer y el profesor Jesús Manso.

El modelo propuesto por Marina y sus colaboradores contempla una primera fase de formación universitaria consistente en el grado, ya sea de Magisterio para impartir Primaria O Infantil, ya de las distintas especialidades que se enseñan en secundaria.

Tras ello, los alumnos deberían superar una prueba nacional de conocimientos (según los estudios cursados) a fin de ingresar en un ‘Centro superior de Formación del Profesorado, donde cursarían un máster de un año.

Este máster estará orientado a mejorar su capacidad pedagógica y les preparará para las distintas especialidades que el sistema requiere (maestro, profesor de una asignatura concreta, director, orientador, etc.).

La prueba nacional funcionará con un sistema de ‘numerus clausus’, a fin de que solo accedan los estudiantes que el sistema necesita.

ENDURECER EL INGRESO

Una vez aprobado el Máster, los alumnos pasarían a formarse en 'Centros docentes acreditados' bajo la supervisión directa y continua de un tutor durante dos años.

Estos alumnos tendrían la condición de 'Docentes En Prácticas' (DEP) y percibirían por su trabajo una retribución adecuada.

Este proceso sería exigible para trabajar como docente, ya sea en centros públicos o privados, aunque aquellos que deseen entrar en la función pública, tendrían que superar un proceso de oposición.

Según los autores, actualmente aprueban los grados de Magisterio y el máster habilitante el triple de alumnos de los que se precisan, de modo que apostaron por endurecer la selección desde el principio.

En el texto explican que la formación del profesorado puede abrirse a todo el mundo y seleccionar al final del proceso, “como ocurre en la actualidad”, o seleccionar al principio aumentando los requisitos de entrada.

A su juicio, esta última "es la mejor solución, porque la formación de alto nivel es cara y no debería estar masificada".

(SERVIMEDIA)
07 Dic 2015
AGQ/nbc